Y ¿SI QUIERE MÁS A LA CANGURO?

Coks Feenstra · Psicóloga Infantil

9 de enero de 2012

Y ¿SI QUIERE MÁS A LA CANGURO?

Quizás tu hijo se quede con una canguro (o la abuela) mientras tú te ausentas para ir a tu trabajo. En sí es una solución acertada, ya que el bebé se queda en casa (o bien en un entorno familiar) y está con una cuidadora fija.

Su ritmo diario no se ve alterada por tu ausencia. Por este lado no se presenta ningún problema. Pero puede surgir cuando tú empiezas a sentir que él quiere más a su canguro (o abuela) que a ti.

La situación en sí ya es delicada: seguro que por un lado quieres quedarte con tu hijo y no perder estas primicias, como su primera sonrisa, sus intentos de gatear, el primer paso o la primera palabra. Por otro lado necesitas o quieres trabajar y por tanto dependes de alguien que te lo cuide con todo su corazón. Por ello eliges la mejor opción y la mejor persona. Pero esto no evita que puedas sentir celos cuando percibes que tu pequeño está muy a gusto con su cuidadora. Con tantas emociones contrapuestas……¿cómo sales de este atolladero? Y ¿qué está pasando?

NECESITA LA DEPENDENCIA

Para un bebé de corta edad es muy importante que tenga una persona de confianza que le cuide como una madre cuando tú no estás a su lado. Esta persona sigue las mismas pautas como tú, en cuanto a su ritmo, la manera de acostarle, calmarle cuando tiene cólicos, etc. Así hay una continuidad en la manera de cuidarle y el cambio de estar contigo al estar con ella es fluido. Una relación estrecha con su cuidadora es muy importante para su bienestar y su desarrollo. Ten en cuenta que el bebé durante el primer año de vida aún vive en una simbiosis con su mamá, así que cuando ella se tiene que ausentar, es bueno que la simbiosis continúe con otra ‘mamá’. Por ello es tan importante que el bebé se encariñe con su cuidadora, ya que así se crea un buen vínculo que permita al bebé ser dependiente. El bebé necesita poder ser dependiente de una persona antes de poder ser independiente.

Si sientes celos al ver la buena relación entre su cuidadora y tu bebé, significas que en el fondo quieres ser la única persona para él y la más importante. Puedes estar segura de que lo eres. Como bien dice el refrán: ‘de madre no hay más que una. Y así es. Tu vínculo con él ya empezó el mismo día en que te enteraste de estar embarazada. Es un vínculo único e irreemplazable. Un niño, incluso un bebé de corta edad, siempre nota la diferencia entre su mamá y otra persona. Sin embargo, para su propio bienestar es importante que se encariñe con la persona que le cuida durante tu ausencia. Su afecto hacia ella es positivo, ya que significa que está en buenas manos y que tu ausencia no le afecta negativamente. Así que alégrate que la canguro (o la abuela) para él se convierta en su segunda madre.

PAUTAS PRÁCTICAS

• Acepta tus celos como algo normal e inherente a la situación, pero no te dejes llevar por ello. Date cuenta que tu hijo está en buenas manos y alégrate de esta situación. Si realmente sientes competitividad con la persona que lo cuide (¿a quién querrá más?), habla abiertamente con ella sobre esta situación. Su cuidadora puede sentirse incómoda a causa de esta tensión.

• Si la canguro te cuenta todo lo que hace con él durante tu ausencia (juegos, paseos, etc.), ten en cuenta que esto para tu hijo es todo un enriquecimiento. Ella lo hará de otro modo que tú y esto solo es positivo.

• Procura liberar tiempo para pasar a solas con el bebé, como por ejemplo una actividad diaria, como dar un paseo con él, tomar un baño juntos, jugar a cu-cu-tras. Dedicarle tiempo exclusivo es una verdadera recompensa por el tiempo que no pudiste estar con él y crea lazos entre vosotros.

• Ten en cuenta que tu pequeño seguramente esté absorto en un juego o cansado cuando tú vuelves del trabajo. Si no muestra señales de alegría, no quiere decir que no lo esté. Es posible que le cueste un poco la transición de estar con el canguro a estar contigo. Si se sienta en el regazo de su cuidadora en vez de acercarte a ti, no se lo tomes a mal y espera tranquilamente. A fin de cuenta él pasó muchas horas con ella y en la nueva situación no sabe a quién dirigirse. Aún no tiene noción del tiempo y no sabe anticiparse a tu llegada. No es nada alarmante. Te despides de la canguro, ella se va a casa y tú vuelves a tomar las riendas. Verás cómo al cabo de un rato el bebé se acerca a ti. Lo mejor es sobreponerte a la situación, no forzarle y esperar hasta que él busque el contacto.

LLORA CUANDO VUELVES

Hay niños que se ponen de mal humor, cuando la madre vuelve a casa. Se comportan de maravilla en su ausencia, pero nada más ver a la mamá, lloriquean, se enfadan, se tiran al suelo y no quieren nada. ¿Qué les ocurre? Con estas reacciones dan rienda suelta a las emociones vividas en tu ausencia: seguramente el niño te echó de menos; también habrá pasado por algún que otro contratiempo. Así que ahora, cuando estás de nuevo a su lado, estas emociones afloran. A fin de cuentas tú eres la persona con la que se siente más a gusto y con la que más confianza tiene. Por ello se atreve ahora a comportarse mal y a desahogarse. No es agradable para ti, pero en realidad es una buena señal. Y quitándole hierro al asunto, sobreponiéndote a la situación se lo harás más fácil. Cógele en brazos y cúbrele de besos. Pero si notas que no quiere brazos, no le cojas y espera simplemente. Quédate a su lado, pero sin prestar mucha atención a su conducta. Verás cómo a cabo de un rato se tranquiliza. Entonces es un buen momento para hacer alguna actividad con él y disfrutar de estar juntos, antes de ocuparte de las tareas de casa.

DESPÍDETE SIEMPRE DE TU HIJO

Parte de su enfado tiene que ver con tu ausencia. A ningún niño pequeño le gusta que su mamá le deje. No le puedes evitar estos sentimientos, pero se le puedes hacerle más llevadero siendo siempre honesta con él. Despídete siempre cuando le dejas con su cuidadora, también ¡cuando es solo un bebé! (no entenderá las palabras, pero si el gesto). No te escapes sin más para que no pase un mal rato. El enfado es mayor cuando de repente note tu ausencia y no solo el enfado, sino también su inseguridad. Lo vive como si tú pudieras desaparecer de repente y esto le hace sentirse inseguro. Así que dile siempre que te vas, aunque rompa en llanto. La cuidadora lo cogerá en brazos y le consolará, explicándole que luego volverás. Así ella le ayudará a sobrellevar este momento. Ya ves, una buena sintonía entre ella y tú es importante para tu pequeño.

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