Esto es lo que me escribe una madre de cuatro hijas. Las dos mayores son gemelas monozigóticas de 9 años, luego hay una hija de 6 y otra de 4 años. La madre escribe que sobre todo las discusiones entre las gemelas que la agotan. «No pueden dejar de dar comentarios sobre todo lo que hace la otra. Constantemente tratan de superar una a la otra. Si una dice A, la otra tiene que decir B, aunque no viene a cuenta. Como se conocen tan al dedillo, se sacan mutuamente los puntos débiles de la otra. Nos cuesta, a mi marido y a mí, mucho más esfuerzo educarlas que a las otros dos. Son muy intensas».
Esta descripción me recuerda al dicho: como van los gemelos, va el mundo. Se sabe que los gemelos en una familia suelen tener mucho más impacto en la vida familiar que los hijos únicos. Los gemelos están (casi) siempre muy presentes. O, dicho de otro modo: en la familia hay dos grupos, el de los padres y el de los hijos. Pero si hay gemelos, ¡hay un tercer grupo!
Es la interacción entre las niñas lo que lleva a estos padres a la desesperación. Hay momentos muy bonitos -también cuenta esta madre- con mucha unión y cariño, pero no quitan el otro lado de la historia. Parece que ambas niñas tienen un carácter fuerte. Debido a que son monozigóticas, sus caracteres se parecen entre sí (los genes tienen una gran influencia en esto). Además, se refuerzan mutuamente. Si una tiene una opinión sobre algo, la otra también debe dar un comentario. Si una se siente indignada, la otra va un paso más allá. Y así, estar junto a ellas dificulta la convivencia en familia. “Cuando estoy a solas con ellas, se comportan de otra manera. Hay entonces cierto equilibrio y paz. Pero cuando ambas están, estalla de nuevo la tormenta”, agrega la madre.
Los gemelos generalmente están más centrados el uno en el otro que en los padres. Esto hace que las niñas no escuchen bien a sus progenitores. Su interés se dirige a lo que la otra hace, deja de hacer, comenta o lo que se le permite.
Estos son algunos consejos:
- Entre ellas hay una lucha interna entre la unión y la individuación. Se sienten parte de la otra. Es por eso que la necesidad de saber lo que la otra persona hace, piensa, dice y decide, es tan grande. Al mismo tiempo, esto crea insatisfacción y frustración. Necesitan delinear su propio «yo», los límites de su propia personalidad. Para descubrirlos necesitan ayuda por parte de los padres (siguiente punto).
- Procura organizar tiempo individual con cada una. Planifícalo en tu horario semanal. Por ejemplo, permíteles, alternamente, quedarse más rato despierta, en días establecidos. Cada una tendrá su turno por semana. El padre también puede hacer algo con una por semana, alternativamente. Explícales a las otras dos hijas que estos privilegios los tomáis para ayudar a las gemelas en sus peleas. Los niños suelen ser muy leales entre sí si entienden la razón. Descubrirse a sí mismas, saber quién es cada una: para eso tus hijas gemelas necesitan un contacto cara a cara contigo y con su padre.
- Habla con tus gemelas acerca de sus discusiones. Ayúdeles a descubrir qué es lo que le molesta a cada uno en su relación. Esto es muy difícil de reconocer para los gemelos (y las gemelas). Como se conocen tan bien y buscan generalmente la armonía, no suelen expresar sus sentimientos más profundos, para no herir al otro o la otra.
- Indícales que sus peleas no benefician el ambiente de la casa. Proponles que se vayan a su habitación durante las discusiones. Acuerde con ellas una señal que harás cuando vuelvan a empezar, porque es muy probable que ni siquiera se dan cuenta de ello (tan normal les resultan estas discusiones). Entonces saben que lo están haciendo y pueden salir del salón o detenerse. Recompénsales por su cooperación. Puedes hacer algo divertido con las cuatro cuando estos momentos vayan disminuyendo. Incluso puedes llevar un registro de cómo transcurren los días dibujando un sol en los días en que las cosas están mejor. Con un determinado número de soles, sigue una recompensa.
- Considera la opción de diferentes clases para el próximo año. Háblales sobre este tema. ¿Lo querrán? Tal vez les dé el espacio que ahora no sienten. También es posible que rechacen la idea por completo.
- Date cuenta de que sus desavenencias son parte de su relación. Su relación es distinta a la que tienen sus hermanas más pequeñas. Para ellas es «amarse profundamente» y «odiarse terriblemente»; ambos sentimientos en extremo. Es una característica de la relación gemelar. Puede sonarte como una obviedad, pero si logras aceptar este hecho, te resultará más fácil manejarlo.
Coks Feenstra