¡Todo bebé viene con la autoestima bajo el brazo! Cuando descubre sus manitas, cuando hace sonar el sonajero o cuando construye su primera torre, da gritos de alegría. ¡Se siente contento consigo mismo! Vosotros, sus padres, compartís con él estos sentimientos; le sonreís y le besáis. Estas son las experiencias que forman la base de lo que llamamos la ‘autoestima’, lo cual quiere decir: estimarse y respetarse a sí mismo. Lógicamente el bebé aún no tiene una clara noción de sí mismo, ya que vive a sí mismo como parte de su mamá. No obstante, estas experiencias positivas le ayudarán a desarrollar un concepto positivo de sí mismo, ya que nota que le queréis.
Pero esta fase en la que admiráis todo lo que hace, no dura para siempre. Alrededor del primer cumpleaños hay que empezar a inculcarle normas y limitarle en algunas de sus actividades para preservar su seguridad o su buen desarrollo. Así que el niño vive sus primeros roces con vosotros y sus primeras penas, cuando por ejemplo le quitáis el juguete con el que estaba tan a gusto haciendo ruido. Esto no en sí es negativo para su autoestima, ya que todo niño debe aprender a tolerar ciertos ‘noes’ y frustraciones. Pero sí es importante la manera en la que le educáis y le enseñáis las buenas conductas. El niño se ve a sí mismo como vosotros le decís qué es. Por ello vuestros comentarios y vuestro comportamiento con él son tan importantes ya que forman la base de cómo él piensa sobre sí mismo. ¿La autoestima es del todo aprendida? No, también influye un factor genético: algunos niños la tienen en mayor grado que otros, dependiendo de su carácter. Pero una buena educación y un ambiente positivo y estimulador pueden fomentarla.
PAUTAS PARA QUE PIENSE BIEN DE SI MISMO
He aquí unas pautas que harán que tu hijo tenga una buena autoestima:
MUESTRA INTERÉS POR TODO LO QUE HACE
Si sigues su desarrollo con interés y curiosidad, como es el caso de la mayoría de los padres, el niño se percata de que él es una persona importante para ellos. Y esto le hace sentirse feliz y querido, lo cual es la mejor garantía para tener la autoestima alta. Si le tienes que dejar al cuidado de otra persona, por motivos laborales u otros, procura que sea una persona que le quiera (casi) tanto como tú que siente el mismo interés por él. Así seguirá sintiendo tu amor aún en tu ausencia.
RESPETA EL RITMO DE SU DESARROLLO
El desarrollo infantil transcurre según un esquema dentro del que se dan grandes fluctuaciones: todo niño se desarrolla a su propia manera y a su ritmo. Por lo tanto no hay que forzarle por ejemplo para que ande, use el orinal o sepa hablar bien, ya que en estos aprendizajes influye la madurez física que es diferente para cada niño. Lógicamente es bueno estimularle siempre y cuando sea un placer y no una mera obligación.
TEN CONFIANZA EN ÉL
El niño es un ser en desarrollo con un gran afán por vivir, aprender y hacerse mayor. Así que si le dejas alguna vez dormir contigo cuando tiene miedo a la oscuridad, no temas que las noches siguientes querrá lo mismo. O si alguna vez no tiene hambre o en general come poco, no le obligues a comer. Esta actitud es, en la mayoría de los casos, una falta de confianza en el niño y en su instinto de supervivencia. Según las investigaciones, donde niños pequeños de edades comprendidas entre uno y cuatro años escogieron su menú, ellos siempre comían lo que necesitaban. Asimismo no es necesario preocuparte en excesivo cuando enferma: el niño dispone de un fuerte poder para curarse (salvo en casos de enfermedades muy graves). En general: cuando tienes confianza en él, se lo transmitirás. Gracias a ello conservará la confianza que tiene en sí mismo y en la vida.
EVITA LA SOBREPROTECCIÓN
El niño necesita hacer actividades por sí solo, aunque le resulten difíciles, ya que así crece la confianza en sí mismo. Por un lado tienes que vigilar su seguridad (lógicamente no le dejarás llevar una taza de sopa caliente a la mesa cuando aún no ande con paso firme), pero por otro debes confiarle ciertas tareas, como poner la mesa o cortar con un cuchillo, enseñándole cómo hacerlo sin correr peligro. Durante sus primeros cinco años todo niño necesita moverse a sus anchas, como correr, subir, escalar etc. Estas actividades, relacionadas con su desarrollo motriz, le ayudan a madurar; andando por el borde de un muro aprende conceptos como abajo-arriba, pequeño y grande, lo que más adelante le ayudará en las matemáticas. Además, le dan una sensación de mayor. En vez de prohibírselo sin más o advertirle que se va a caer, dale la mano y quédate a su lado, mientras él lleva a cabo su hazaña. Después de conseguirlo, te dirá orgullosamente: ‘Ves, lo sé hacerlo’. Y tú respiras con alivio. El niño necesita superar retos y es esto lo que aumenta su autoestima. No le des todo hecho ni le prives de estas oportunidades.
ACÉPTALO CÓMO ES
Cada niño tiene su propio carácter, incluso ya de bebé. Un niño intranquilo nunca será un niño sosegado y el niño tranquilo nunca será un ‘rabo de lagartija’. A veces nos cuesta aceptar su forma de ser, sobre todo cuando ésta difiere mucho de la nuestra. Por ello quizás le preguntes a tu hijo que es muy tímido y que necesita observar antes de lanzarse a la aventura: ¿por qué te quedas pegado a mis faltas y no juegas con los niños? O le dices a tu hijo pacífico: ¿Por qué no te defiendes, si te pegan a ti? En estos casos los niños sienten que no son como deberían ser. Esto les confunde y les baja la autoestima. Perciben que no cumplen las expectativas de sus padres. Quizás intenten cambiar y hacer algo en contra de su carácter, pero sea cual sea su reacción, nunca se sentirán bien consigo mismos. Para evitar que esto ocurra, conviene aceptar su carácter y echarle una mano de una forma que corresponda con su carácter; por ejemplo al niño tímido hay que darle tiempo, y al niño pacífico hay que buscarle otras formas para defenderse como las palabras, los gestos.
DALE LÍMITES Y ESTRUCTURA
Lo hace sentirse seguro y protegido. Al contrario de lo que suelen pensar los padres, el niño agradece este tipo de atención, ya que transmite el mensaje ‘me ocupo de ti, me importa lo que hagas, vigilo tu seguridad’. Enseñarle las normas y repetírselo una y otra vez es un acto de amor. Esto también implica que no evites los enfrentamientos y los roces con él. Son parte implícita de la educación.
¿CÓMO AYUDAR AL NIÑO CON POCO AUTOESTIMA?
Las siguientes pautas te servirán si tu hijo tiene una autoestima baja:
• Encárgale tareas fáciles de modo que viva una sensación de éxito. Ve aumentando el grado de dificultad paso por paso, elogiando cada esfuerzo, cada logro.
• Juega con él a enumerar los aspectos positivos de él y de ti. El reto está en saber nombrar el máximo número de puntos positivos.
• Ayúdale a hacer amigos. La amistad es una de las vías importantes para que el niño aprenda sobre sí mismo y nutre su autoestima.
• Reflexiona sobre tu propia actitud; si la tuya suele ser como ‘no podré, no valgo’, tu hijo terminará imitándote. Intenta hacer revivir en ti esta sensación de niña (o niño) en la que pensabas: MÍRAME, MIRA LO QUE YO SÉ HACER’.
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