Uno de cada 75 embarazos es gemelar. A partir de la 6ª semana del embarazo ya se pueden ver en la ecografía si hay uno o dos fetos. Pero también hay otros indicios: unas náuseas muy fuertes (la hormona HCG, responsable de este mal se da por partida doble) y un rápido aumento de peso. La noticia siempre causa un cierto revuelo, en el que el susto se mezcla con la alegría. La naturaleza es sabia: tienes ¡37 semanas (tres menos que en un parto único) para familiarizarte con la futura ampliación familiar!
UN EMBARAZO ESPECIAL
El embarazo gemelar exige más de la mujer que uno de un único bebé, pero no necesariamente va a ser problemático. Tu cuerpo está capacitado para llevar dos bebés (desde los tiempos más remotos han existido partos gemelares). Es importante escuchar bien las señales de tu cuerpo y seguir los controles médicos, más frecuentes en tu caso. Las molestias más frecuentes en el embarazo gemelar son:
NÁUSEAS: suelen ser vehementes, pero disminuyen a partir de la semana 12. Come algo sólido antes de levantarte y toma raciones pequeñas, bajas en grasa, cada dos horas en vez de comidas copiosas. Si perduran hasta el 2º trimestre, pide a tu ginecólogo un complejo vitamínico de B1 y B6.
RETENCIÓN DE LÍQUIDOS: a causa del aumento del volumen de líquidos, aparecen hinchazones, también llamados edemas. Evita estar de pie durante mucho tiempo y descansa con los pies en alto. Dormir con los pies más altos que la cabeza también ayuda, igual que echar agua fría en pies y piernas.
TENSIÓN ALTA: éste es un fenómeno normal en el embarazo gemelar (no tiene por qué tener consecuencias negativas). Prescinde de la sal en las comidas y procura evitar el estrés y agotamiento, porque también causan hipertensión. En caso de que la tensión alta vaya acompañada de edemas y un alto nivel de albúmina en la orina, puedes padecer la enfermedad preeclampsia que da como síntomas dolores de cabeza, de estómago, náuseas y visión borrosa. En este caso debes acudir sin demora a tu ginecólogo.
CANSANCIO: los cambios hormonales hacen que te sientas muy cansada en el primer trimestre y el aumento del peso influye en ello en el último trimestre. Descansa todo lo que puedas.
En cuanto a los bebés existen unos riesgos añadidos:
EL CRECIMIENTO DE LOS BEBÉS: tu ginecólogo vigilará atentamente el crecimiento de cada uno, especialmente en caso de que compartan las bolsas (mira dibujos C y D) para descartar el síndrome de la transfusión feto-fetal. En este caso se dan conexiones entre sus torrentes sanguíneos, por lo que un bebé recibe más que otro. Es peligroso para ambos bebés. En este caso se da un incremento rápido de peso en la madre a partir de la semana 16 y un vientre tirante e incómodo. Hoy en día es posible tratar esta enfermedad, pero es importante avisar a tiempo a tu ginecólogo.
EL PARTO PREMATURO: la probabilidad de que los bebés necesiten la incubadora, es siete veces mayor que en un parto único. Tomar la vida con calma y descansar lo máximo en los últimos meses es ¡muy importante!
¿SERÁN MELLIZOS O GEMELOS?
La pregunta candente de los futuros padres es siempre sobre el origen de los bebés. Hay dos posibilidades: los bebés pueden ser fruto de dos óvulos, fecundados por dos espermatozoides distintos; en este caso hay una doble ovulación en la que influye la genética. Hay un gen que predispone a ello (se pasa de madres a hijas). Pero también la edad influye: a mayor edad hay una mayor probabilidad a una doble ovulación. Y otro factor que influye en la aparición de mellizos son los tratamientos de fertilidad. Los bebés se parecen como hermanos. Pueden ser del mismo sexo o no. Son los así llamados mellizos (dizigóticos).
También puede darse un solo óvulo que tras su fecundación se divide, por razones aún no descubiertas, en dos partes iguales (cada parte lleva el mismo material genético), dando lugar a gemelos idénticos (monozigóticos). Son siempre del mismo sexo y se parecen como dos gotas de agua.
El 25% de los embarazo gemelares son gemelos y el 75% son mellizos. Durante el embarazo no siempre se puede saber el origen de los bebés, tal como demuestran los dibujos.
En los mellizos cada bebé tiene su propia placenta y sus propias bolsas amnióticas: la bolsa exterior (corion) e interior (amnios o saco amniótico). Las placentas pueden unirse, por lo que al nacer se observa una sola (dibujo A y B). En los gemelos, el número de bolsas depende del momento de la división del zigoto (óvulo fecundado). Cuando la división transcurre poco después de la fecundación, cada bebé tiene sus propias bolsas y placenta, aunque es posible, como en los mellizos, que ésta se una con la del hermano (dibujo A y B). Cuando la división transcurre más tarde, entre los días 5 y 10 de la vida fetal, la placenta y el corion ya están formados y son compartidos por los bebés. Pero cada uno está en su propia bolsa interior (dibujo C). Cuando la división se da aún más tarde, entre los días 10 y 14, los bebés comparten tanto la placenta como ambas bolsas (dibujo D). Una división más tarde da lugar a gemelos ‘siameses’. Como indican los dibujos A y B, tener dos placentas y bolsas distintas no revela la identidad de los bebés. ¡Pueden ser tanto mellizos como gemelos! Tendrás que esperar el nacimiento de tus bebés. Cuando son de distinto sexo, no hay confusión: son mellizos. Pero cuando tienen el mismo sexo, pueden ser tanto mellizos como gemelos. No se suele hacer aquí un estudio de la placenta que indicaría el origen de los bebés, como en otros países. Debes esperar su evolución para tener seguridad: los idénticos tienen un desarrollo muy parecido (echan por ejemplo dientes al mismo tiempo) y también su físico te da información. Y siempre puedes recurrir a una prueba de su ADN; en caso de los monozigóticos, su ADN es idéntico.
EL PARTO GEMELAR
No se trata necesariamente de un parto más doloroso, aunque sí algo más largo. Pasarás sólo una vez por la dilatación (la abertura del cuello uterino). Los bebés nacen con un intervalo de 3 a 45 minutos. Pero la probabilidad a una cesárea es más elevada. Un 40% de las mujeres da luz mediante cesárea (en partos únicos este ratio es de 10%). En ello influye la posición de los bebés. Si están en posición correcta, con la cabeza hacia abajo (se da en un 41%), los bebés pueden nacer por vía vaginal. También cuando uno se presenta así y el otro de nalgas el parto puede ser por vía vaginal, porque el bebé en posición cefálica (cabeza hacia abajo) nace primero y el otro se gira o nace sin problemas, gracias al espacio del que dispone. Pero cuando ambos bebés se presentan de nalgas o atravesados, es necesaria recurrir a la cesárea. Se aplica en muchos casos la anestesia local (la epidural); esto facilita la lactancia materna, algo muy recomendable para los bebés, que suelen pesar menos que el bebé que viene sólo (alrededor de 2 a 2,5 kilos).
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Dibujos: ‘El Gran Libro de los Gemelos’, Coks Feenstra