Es sabido que en algunas familias se dan más casos de gemelos que en otras y que la genética juega un papel en ello. Para entenderlo debemos distinguir entre las dos categorías: los monozigóticos (popularmente llamados ‘los idénticos’) y los dizigóticos (popularmente llamados ‘los mellizos’).
En los primeros aún no se sabe con exactitud cuál es la influencia de la genética o si la hay. No conocemos aún el motivo por el que el zigoto (el óvulo fecundado) se divide. Anteriormente se pensaba que la genética no influía en este fenómeno; no obstante, estudios recientes demuestran que en algunas familias se dan más casos de gemelos idénticos que en otras. Mi propia investigación también corrobora este dato, ya que hay varias familias en las que las familias tuvieron dos veces un embarazo de gemelos idénticos. Por lo tanto puede haber un componente hereditario, aunque todavía se desconoce su origen.
La situación de los dizigóticos es distinta: este embarazo es fruto de una doble ovulación. La posibilidad de que se liberen dos óvulos en vez de uno en el ciclo menstrual se da en algunas mujeres más que en otras. En ello influye la genética: la predisposición a una doble ovulación se halla establecida por un determinado gen, que se transmite de madres a hijas. Por lo tanto, las hijas de madres que fueron mellizas o con hijos mellizos, tienen una mayor probabilidad de tener mellizos. Las madres también pueden transmitir este gen a sus hijos varones y aunque esto no influye en su descendencia, sí puede hacerlo en la siguiente generación (estos hijos pasan el gen a sus hijas). Del mismo modo los hombres (por ejemplo hijos de una madre melliza) también pueden pasar este gen a sus hijos e hijas. En todos estos casos la aparición de un embarazo gemelar salta una o más generaciones. El factor genético explica por qué la aparición de mellizos se da más en unas familias que en otras, así como el hecho de que a veces una mujer tenga un segundo par de mellizos (una posibilidad menos frecuente en una madre de idénticos, aunque no inexistente).
Conviene comentar un hecho curioso: en las familias que estudié, encontré varias en las que había tanto parejas de mellizos como de gemelos idénticos. Todo esto hace suponer que hay cierta influencia de la genética tanto en uno como en otro. Indudablemente la influencia genética en casos de mellizos es mucho más clara. A veces me consultan parejas porque desean engendrar gemelos. Las que tienen antecedentes en sus familias tienen lógicamente más posibilidades, pero un embarazo gemelar es algo que no se puede planear, sólo desear.
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Fuente: ‘El Gran Libro de los Gemelos’, Coks Feenstra, Ediciones Médici, 2007