Además, las molestias físicas se hacen notar antes. Miramos en qué aspectos este embarazo es distinto al anterior.
DUDAS FUERA
El primer embarazo da un giro total a la vida de la mujer (y del hombre). El cambio de no tener hijos al tener el primero es grande, más que ampliar la familia con un miembro más.
En el primer embarazo muchas mamás se preocupan por estos grandes cambios, aún por vivir, mientras que en el segundo embarazo la mayoría de las madres carece de estas preocupaciones. Ya saben lo que es tener una familia, por tanto esperan con algo de impaciencia la llegada del segundo bebé. Como dice María, madre de un hijo de 2 años: ‘Como ya sé lo bonito que es tener a un bebé en brazos, casi no puedo esperar a tener a este pequeñín conmigo’. Por tanto, a muchas mujeres el segundo embarazo les parece durar más tiempo.
Las embarazadas por segundo vez suelen preocuparse menos por los cambios físicos. Ya saben que al final todo volverá a su sitio. En términos generales podemos decir que el segundo embarazo suele evocar menos preocupaciones. Este es el lado positivo, pero también hay otro, algo más negativo: se suele disfrutarlo menos, ya que ya hay un hijo quien reclama atención. Por tanto hay menos tiempo para felices ensoñaciones.
SE NOTA ANTES
Por lo general las mujeres notan antes que están embarazadas. Son las señales del cuerpo, como el cansancio, las náuseas matinales, la hinchazón en los pechos y las continuadas ganas de orinar las que ahora reconocen enseguida. También es cierto que el aumento en la cintura se notará antes. Esto tiene su explicación: los músculos del vientre están más estirados y flojos. También el entorno se da antes cuenta del embarazo: mientras el anterior no era visible para ellos hasta el 4º mes, ahora ya lo perciben en el primer trimestre. Esta diferencia en tamaño será visible durante todo el embarazo y se acentúa todavía más, ya que los segundos hijos suelen ser más grandes que los primeros.
LAS TÍPICAS MOLESTIAS DEL EMBARAZO
Normalmente las mujeres suelen tener más molestias en el segundo embarazo. Las molestias se hacen notar más y antes. Por ejemplo, las hemorroides que en el primer embarazo no aparecían hasta los últimos meses, ahora pueden molestar ya en el primer trimestre. Las varices aparecen también antes y quizás ya en el 4º mes se padecen dolores lumbares. Todo se debe a que los ligamentos, las articulaciones y los vasos sanguíneos ya han sufrido con anterioridad un estiramiento y una dilatación y en el segundo embarazo oponen menos resistencia al efecto relajante de las hormonas. También es cierto que hay mujeres que notan menos molestias. El hecho de estar ocupada con el primogénito hace que perciban menos las molestias y sobrellevan mejor la gestación. Cada embarazo y cada embarazada son diferentes. A veces sacamos conclusiones de estas diferencias. Isabel: ‘En este embarazo tengo muchas náuseas, mientras esto no me pasaba con la primera gestión. Mi marido y yo solemos bromear y decirnos que esta vez será un niño’. O, Belinda, madre de dos varones y embarazada por tercera vez: ‘Me siento lleno de vida y energía. En este embarazo me siento mucho menos cansada que con mis dos niños. Así que a veces pienso que este vez tendré una niña’.
Hacer este tipo de predicciones es casi una costumbre en los futuros papás, pero en realidad no existe una base científica para conclusiones de este tipo.
LOS MOVIMIENTOS DEL BEBÉ
Los movimientos del segundo (o tercero) bebé se sienten mucho antes. Algunas mujeres ya lo notan antes de cumplir los 4 meses (antes de las 16 semanas). En el primer embarazo esto ocurre entre la semana 18ª y 20ª. La explicación está en que la matriz y el vientre ya han sufrido un estiramiento durante el primer embarazo y ahora transmiten con mayor facilidad los movimientos del bebé. Esto también explica por qué razón se notan sus movimientos con más fuerza. Este bebé estará más presente durante todo el embarazo. No es motivo para asustarse. Belinda: ‘El segundo niño se movía bastante y me daba fuertes patadas. Otras veces se giraba bruscamente. Me fui incluso a urgencias, pensado que algo le pasaba. Pero solamente se debía a que en el segundo embarazo lo notas todo mucho más’. Efectivamente es normal, aunque a veces pueda resultar doloroso.
CON UN HIJO EN CASA ES DIFERENTE
En este embarazo es más difícil hacer caso a lo que el cuerpo pide. No es tan fácil dormir cuando entran estas enormes ganas de tumbarse y desconectar. Es justo este aspecto por lo que un segundo embarazo es más cansino y pesado. Hay que buscar maneras para poder descansar, como una canguro por unas horas, la ayuda de una abuela etc. Otra buena idea es aprovechar la siesta del mayor para descansar o hacer lo que a la madre le apetezca.
Otro punto a tener en cuenta es el evitar que la espalda se sobrecargue. A un hijo pequeño se tiene que coger a menudo en brazos o levantarle. Con el peso del segundo bebé por medio, ahora es más costoso. Una buena idea es comprar varios taburetes bajitos que se coloque en los lugares adecuados de la casa; por ejemplo, uno en el cuarto del baño para que el mayor se lave solo las manos; otro en el salón para que él alcance sus juguetes. Y cuando hay que cogerle en brazos, hay que hacerle subir a un taburete y cogerle desde esta altura. Así se cuida mejor la espalda y se evita el tener que agacharse.
Una de las preocupaciones de muchas madres es si van a ser capaces de querer a este hijo tanto como al primero. Casi les parece algo imposible. Pero esta duda es innecesaria. Las mamás se enamoran del nuevo bebé del mismo modo como fue el caso con el mayor. En su corazón hay lugar para más de un hijo. Y, como ya tienen experiencia y se sienten más seguras de sí mismas, probablemente del segundo hijo disfrutan más.
Coks Feenstra, psicóloga infantil
Si te preocupa cómo reaccionará tu hijo a la llegada del bebé, lee el artículo sobre este tema en el apartado Hermanos de esta misma página.