Las fiestas especiales, como la Navidad, la Pascua o el cumpleaños tienen un significado especial para el niño; como se celebra año tras año, siempre según el mismo orden y con las mismas rutinas, le dan seguridad al niño. El mundo resulta para el niño vive un tanto desconcertante: cada día se tropieza con nuevos conceptos y palabras. Las celebraciones son un punto de referencia fijo para él, que a partir de los tres años va recordando. Pero hay más: la celebración de Navidad, la fiesta por el nacimiento del niño Jesús, que ha venido al mundo para su salvación, le da la seguridad de que existe un orden superior a él y a sus padres, que vigila sobre el buen funcionamiento del mundo y que procura que haya paz y felicidad en la tierra. Y, al celebrarlo en familia, se siente parte de ella, lo cual también aumenta en él la sensación de seguridad. A esta edad el niño vive la Navidad maravillado y de forma mágica.

CAMBIOS EN EL SIGNIFICADO

Las ceremonias de las festividades han ido cambiando a lo largo del tiempo. La Navidad era al principio un ritual pagano que celebraba el renacer del Sol y de la naturaleza antes de que se asociara a ella la idea del nacimiento de Cristo. Así las grandes hogueras que se encendían en la cima de las montañas durante el solsticio de invierno para animar al Sol a quedarse más tiempo en el cielo, reaparecen, transcurridos varios siglos, bajo la forma de lucecitas en el árbol de Navidad. Y hoy en día la Navidad, que antes era una festividad esencialmente religiosa, durante el siglo pasado fue convirtiéndose más y más en una fiesta familiar en la que todo el mundo hace regalos a los demás. Por ello Papá Noel ha venido a formar parte de la celebración navideña y representa el remanente de una antigua creencia en un paraíso en que todo se nos daba sin que tener que dar nada en cambio. Este mito es una proyección del mundo del bebé. El barrigón de Papá Noel está lleno de todas las cosas buenas que va a regalar y en este sentido simboliza la estancia feliz en el útero. Para el niño los regalos de Papá Noel significan mucho, ya que implica para él que el paraíso que vivía antes, no se ha perdido para siempre. Esta es la función de Papá Noel (Santa Claus y Los Reyes). Pero al mismo tiempo no debemos olvidar de enseñarle a nuestro hijo el significado religioso de la Navidad: la celebración del nacimiento del niño Jesús. El niño pequeño sólo captará esta idea mediante imágenes; mientras tiene una imagen viva de Papá Noel por los anuncios en la tele (como un hombre con barrigón, que viene en trineo, transportado por los renos), puede que la historia del Niño Jesús le resulte más difícil de imaginarse. Por ello conviene que leas con él libros que traten de este tema. También es una buena idea montar con él el belén: decóralo juntos y déjale que lo ‘complemente’ con sus muñequitos de Playmobil u otros. Dando forma a la historia de María y Jesús de este modo, ésta cobrará vida para él. Asimismo los cassetes con canciones navideñas, refuerzan el significado religioso de la celebración.

La forma en la que el niño vive la Navidad, depende del ambiente que reine en su seno familiar. Si hay un ambiente positivo y cálido, en el que se disfruta de estar reunido con la familia, el niño vive la Navidad como una celebración feliz. Para ello no es necesario darle regalos caros o grandes. Organizar la fiesta con ilusión (la del niño), con optimismo y espíritu familiar y/o religioso, es el mejor regalo que le puedes hacer. Es un recuerdo que vale mucho. Introducir unas costumbres especiales, como ir a misa juntos, acudir a un concierto navideño, comer en familia, leer un cuento alrededor el árbol iluminado, decorar juntos la casa aumenta la sensación de vivir unos días especiales.

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