EDUCAR EN TIEMPO DE CRISIS

Coks Feenstra · Psicóloga Infantil

24 de marzo de 2020

EDUCAR EN TIEMPO DE CRISIS

De un día para otro nuestras vidas han sido transformadas.

Ahora todos estamos confinados en casa. Y aunque la principal preocupación es la salud de todos, también nos preocupa cómo salir adelante con los hijos en casa en este tiempo.
¿Cómo educar en tiempo de crisis? Os daré unas sugerencias:

• Se trata ahora de aplicar un resetting, quiere decir: adaptarnos lo mejor posible a la nueva situación. Cuanto más la aceptemos mejor. La pandemia ya es un hecho, de nada sirve lamentarnos. Tenemos que vivir con ella lo mejor posible.
• Buscar nuevas rutinas en el día a día. Estas nos dan una sensación de protección tanto a niños como adultos. Como si nuevamente controláramos nuestra vida. Además, nos da unas referencias diarias en que regocijarnos. Cada familie busca su propia forma, pero pienso en un desayuno en familia, a una hora algo más tardía de lo normal, a continuación un poco de ejercicio para todos (Youtube ofrece muchas tablas de gimnasia para padres con hijos), luego es momento para tareas de casa, deberes para los niños, tiempo de juego, ver dibujos, comer, dormir siesta y nuevamente tiempo de juego. Veo dos ventajas: los estudios demuestran que los niños españoles son los que menos duermen de todos los niños europeos. Ahora es un buen momento ir cambiando este dato. El sueño le beneficia al niño en su crecimiento físico y psíquico (asimilar vivencias, conceptos, emociones etc.). Le hace más tranquilo y menos crispado, algo que ahora nos viene de perla. Seguramente pasarán unas semanas hasta que el niño coja un nuevo ritmo, con más horas de sueño, pero hay tiempo para ello, así que perseverad. La segunda ventaja: los niños ya estaban perdiendo el hábito del juego, debido a su horario diario, parecido al del adulto y las actividades extraescolares. Ahora es el momento de redescubrir el placer de jugar. El juego tiene un poder terapéutico: le ayuda al niño a vencer dificultades, a entender la vida y ponerse en la piel del otro. El otro día mis nietas estaban jugando que la mayor, de 7 años, estaba malita. La pequeña, de 4 años, le examinó la garganta y pronunció el diagnóstico: ‘tienes el Corona virus’. Era su manera de asimilar todo lo que habían aprendido en el cole sobre el mal que se nos estaba acercando. Así que a jugar, sin límite de tiempo y con mucha libertad.
• Ser un equipo entre los dos. Muchos tienen que trabajar en casa y esto en compañía de los niños es complicadísimo. Cuando los niños ya tienen unos 8 años, podéis pedirles su colaboración. Deben entretenerse solos, sin molestaros, por lo menos una hora y media. En caso de niños más pequeños, una solución es alternaros. También unos juegos infantiles en el tablet os vendrá bien. Tranquilidad asegurada. Y procurad que cada uno de vosotros tengáis tenga un rato de tiempo para sí solo. Esto es primordial, sobre todo para aquellos padres con hijos pequeños, gemelos, trillizos o alguno con una discapacidad. Los niños absorben energía y hay que buscar formas para recargaros. Cada uno sabe cuál es su forma (meditar, escuchar música, escribir en un diario, llamar a una amiga…..).
• Inventar juegos. En Internet circulan muchas ideas e incluso videos que enseñan qué se puede hacer con los niños según sus edades. Muchos padres cuelgan en FaceBook fotos de ideas que se les ocurre. No olvidéis los juegos de vuestra infancia que siguen siendo favoritos entre los niños: hacer cabañas, esconderse, hacer una función de teatro, hacer galletas, crepes. O haced un gran póster en que el niño dibuje las actividades que estáis haciendo cada día. Algún día será un bonito recuerdo. Esta también es una fase que pasará.
• Ser diplomáticos en las peleas; es la parte dura de la convivencia con niños, que hace crispar los nervios. Respirad profundamente y pensad que solo de este modo los niños aprenden las reglas de la convivencia. El siguiente truco suele funcionar muy bien y es facilísimo. Cuando estallan en gritos, pregunta a cada uno lo que está pasando. Uno da su versión. Escúchale bien e intenta captar su emoción. Transmíteselo (ya veo, estás enfadado porque…). Luego el otro te cuenta su versión, seguramente totalmente distinta. Tradúcele también su emoción (ah, pues él empezó y tú no querías…..). De este modo los dos se sienten escuchados y probablemente vuelven a jugar. Con esta actitud eres el mejor juez de paz del mundo. Cuando las peleas ya son continuas, es momento de inventar alguna actividad tranquila, como modelar plastilina, mirar fotos o alegrar a los abuelos con una video llamada.
• Hablar con ellos sobre lo que está ocurriendo. Los niños pueden tener miedo y preocupación. La mejor manera es ateneros a sus preguntas ya que éstas indican lo que son capaces de entender. No os explayéis mucho. Es probable que vuelvan a preguntaros muchas veces lo mismo. Es señal de que lo están asimilando. Sed honestos. Si no, más adelante se sentirán engañados cuando se enteren de la verdad. Siempre es mejor que sean los padres los que se les cuenten. Explícales por qué motivo ya no vienen los abuelos. No es porque ya no les quieran. Al mismo tiempo dadles un mensaje positivo: esto pasará y hay mucha gente trabajando para salvar los enfermos. Cuéntales sobre las iniciativas de grupos de personas que cosen mascarillas, llevan comida a los ancianos, etc. porque les da la sensación de que los adultos pueden con la situación y que siguen siendo sus grandes protectores.

Podéis escribirme a la sección de preguntas y consultas. Me despido con un fuerte abrazo solidario.
Coks Feenstra

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