¿CÓMO HABLAN LOS GEMELOS Y TRILLIZOS?

Coks Feenstra · Psicóloga Infantil

21 de agosto de 2012

¿CÓMO HABLAN LOS GEMELOS Y TRILLIZOS?

Por lo general, el desarrollo de los gemelos no es muy diferente al de otros niños. Empiezan a sentarse, gatear, ponerse de pie, etc. alrededor de la misma edad.

Solo en el aspecto del habla el desarrollo es diferente: los gemelos y los trillizos empiezan a hablar algo más tarde. Estas son las diferencias más significativas:

• La fase del ‘lenguaje de trapo’ perdura más tiempo.

• Su primera palabra viene más tarde.

• Los dos (o tres) cometen los mismos errores y resulta más difícil corregirlos, ya que se influyen mutuamente.

• Sus frases son más cortas.

• La construcción de sus frases es más sencilla.

• Su vocabulario es más limitado.

• La utilización de los pronombres personales se retrasa, se designan solamente por el ‘nosotros’ y tardan más en utilizar el ‘yo’ y el ‘tú’.

• Recurren a un lenguaje en clave cuando están solos.

El retraso suele ser de unos seis meses, si comparamos su desarrollo con el de los pequeños que no son gemelos. Pero solo se trata de un retraso y no de un problema. Su capacidad de comprensión (entender el lenguaje hablado) no es diferente a la de otros niños, por lo que podemos decir que, en potencia, sus posibilidades para el buen desarrollo del habla están presentes. Los trillizos tienen un desarrollo parecido, aunque los estudios sobre ellos son escasos.

¿A qué se debe este retraso? El factor más importante es que la madre tiene menos tiempo para dedicarse exclusivamente a cada uno de sus hijos. La mayor parte de su conversación va dirigida a los dos (o tres) bebés al mismo tiempo. Y estos, a su vez, no tienen la misma facilidad de entablar un diálogo a solas y con toda tranquilidad con su mamá, ya que el hermanito anda por medio, intentando arrebatarle la atención. Entre ellos siempre hay esa competición de ver quién de ellos sabe acaparar el interés de la madre.

Según un estudio del sociólogo Mittler, los gemelos están adelantados en lo que se llama ‘la rapidez de reacción’; ellos, como ningún otro niño, tienen práctica en entremezclarse en la conversación y, en este aspecto, ganan a los demás niños. Y hay un factor más que dificulta el proceso de aprender a hablar: la mayor parte del tiempo, la madre de gemelos lleva a cabo más de una actividad a la vez: cambia el pañal a uno mientras entretiene hablando al otro, que tiene que esperar. Por lo tanto, sus palabras no acompañan a sus gestos y los momentos de contacto visual son cortos y difusos (dos condiciones básicas para el aprendizaje de palabras nuevas).

El retraso en el lenguaje es más marcado en los niños que en las niñas y más frecuente en los monozigóticos (idénticos) que en los dizigóticos (mellizos). R. Zazzo, psicólogo francés y especialista en gemelos describe un caso interesante de niños gemelos de Rusia que hasta los tres años utilizaban un lenguaje secreto entre ellos. Apenas se comunicaban con otras personas. Con el permiso de sus preocupados padres, los especialistas decidieron separarlos por un tiempo para que adquiriesen el lenguaje ruso. A uno de ellos le dieron clases de lenguaje como modo de experimento. Ambos avanzaban rápidamente, pero no solo en el habla, sino también en otro aspecto: mientras antes apenas jugaban con los bloques de construcción, después de la separación los dos empezaron a construir ‘obras’ que reflejaban creatividad. Zazzo concluyó que la adquisición del lenguaje estimulaba el desarrollo intelectual. Esto podría explicar la puntuación algo más baja de algunos gemelos en el cociente intelectual.

Pero el retraso en el habla no se da en todos los gemelos. En mi grupo objeto de estudio he conocido a unos mellizos (niño y niña) de 20 meses con un excelente dominio del lenguaje, e incluso mayor al de cualquier otro niño. La capacidad lingüística de estos pequeños se debía, sin duda, al hecho de que por las mañanas estaban con su padre (un profesor de lengua) y por las tardes con su madre, muy amante de los cuentos y los libros. También conozco a trillizos (dos gemelas y un mellizo de 4 años) con un alto nivel lingüístico. Su madre trabaja en una editorial de libros infantiles, lo cual sin duda influye en este hecho. La conclusión es lógica: cuanto más tiempo se dedique a los gemelos y trillizos, mejor será su desarrollo del lenguaje.

Sin embargo, no todos los padres disponen de la estupenda posibilidad de trabajar media jornada y compartir los cuidados de los niños. Por lo general, el factor tiempo es justo un tema difícil para los padres, sobre todo el tiempo disponible para cada bebé en exclusiva. Otra madre me comentó que logra estar con uno de sus hijos a solas, gracias a que el otro es bastante dormilón. Pero, como es lógico, echa de menos los ratos a solas con el otro. Emprender actividades con cada uno a nivel individual, desde muy pequeños, es realmente positivo: estimula el desarrollo del habla y de la individualidad. Además, los mismos padres suelen disfrutar cuando les es dado dedicar atención a cada uno de los niños, sin intervenciones del otro. Esto ayuda a entablar una relación satisfactoria con cada hijo.

Sugerencias

• Pequeñas diferencias en el desarrollo del habla resultan normales; es frecuente que uno hable antes que el otro. En los gemelos niño y niña, la niña suele ser la primera que habla y la que más rápidamente se desarrolla en este aspecto.

• Es positivo establecer la costumbre de leer un cuento a cada uno individualmente, si es posible, a diario; la hora de acostarlos es el momento ideal para el cuento; (uno con el papá y el otro con mamá). También se les puede leer, a los dos o tres a la vez, sentados cada uno a un lado; esto crea ratos de tranquilidad. Asimismo, es recomendable leerles cuentos individual-mente en el caso de trillizos, aunque como es lógico, resulta más difícil de organizar.

• Procurar que durante algunas actividades (baño, cambio de pañales, etc.) sus palabras sincronicen con sus gestos: el contacto visual (mirarles a los ojos mientras les habla) ayudará a sus pequeños en el desarrollo del habla.

El siguiente esquema sobre el desarrollo del habla da una indicación de cómo progresa esa habilidad (ten en cuenta que este esquema está basado en el niño no-gemelo):

0 – 6 meses: balbuceos, arrullos, sonidos. Empiezan a ‘hablarse’ el uno al otro hacia el tercer mes

6 – 12 meses: las primeras palabras (mamá, papá, pan….)

12- 18 meses: vocabulario de 25 palabras, de las que pronuncia 8 bien

18 –24 meses: vocabulario de 200 a 300 palabras, frases de dos palabras, dominio del ‘yo’ y ‘mío’

2 – 3 años : frases de tres o más palabras, con verbos y preposiciones

3 – 4 años : historias completas, dominio del presente, pasado y futuro

No dispongo de datos sobre estudios sobre el desarrollo lingüístico realizados entre trillizos. No obstante, me llamó la atención de que varios niños del grupo, objeto de estudio, necesitaban durante un periodo sesiones de logopedia. No se trataba de dificultades graves y todos superaron sus problemas, entre otros con la pronunciación de ciertas letras o fonemas, gracias a los ejercicios de su logopeda.

Los gemelos y trillizos, en más de un caso, se entienden a la perfección y ‘hablan’ mucho entre ellos, mientras que sus padres no comprenden sus palabras. Imitan las palabras incorrectas del otro. Este fenómeno se ha dado en llamar el ‘lenguaje secreto’ de los múltiples. En realidad, tal denominación es incorrecta porque ellos no tienen la intención de que sus papás no los comprendan. A veces incluso se enfadan por esa falta de comprensión. Es más correcto hablar del ‘lenguaje autónomo’, una versión imperfecta del lenguaje adulto, con palabras incorrectas pero lógicas para ellos. Se calcula que aproximadamente el 40% de los gemelos emplea este lenguaje. No hay que preocuparse, pero conviene vigilar que no entorpezca el desarrollo normal del habla. Mientras los niños aprendan nuevas palabras y muestren cada vez una mayor comprensión de cuanto se les diga, no hay motivo para alarmarse, puesto que eso demuestra que su habla avanza.

Más información en: ‘El Gran Libro de los Gemelos’, desde el embarazo múltiple hasta la adolescencia, Coks Feenstra, Ediciones Médici.

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