¿CÓMO ES PARA UN NIÑO SER SUPERDOTADO?

Coks Feenstra · Psicóloga Infantil

11 de diciembre de 2014

¿CÓMO ES PARA UN NIÑO SER SUPERDOTADO?

Teo, 9 años y de altas capacidades intelectuales lo cuenta en esta entrevista.

¿Sabes lo que es un CI?

Sí, es una cifra sobre tu inteligencia. Si tienes uno de 30, no eres muy inteligente y si tienes uno mayor al 130, eres superdotado. Cuando te hacen los tests, tienes que contestar a muchas preguntas y hacer muchos puzles. Tienes que intentar solucionar lo máximo posible, porque así te determinan tu CI. A mí me han hecho el test cuando estaba en primero de Primaria, porque era más inteligente que otros y yo mismo me había enseñado a leer cuando estaba en la Escuela Infantil. Me gustó hacer los tests. Creo que tengo un CI de 150. Mis padres lo contaron a mi profesora y entonces me dieron tareas más complicadas.

¿Cómo te enseñaste a ti mismo a leer?

Bueno, muy sencillo, con los bricks de leche. Leche entera va en un brick azul; leche semi-desnatada en un brick rosa y la leche de soja en otro, pero esta leche no me gusta. Iba comparando las palabras entre sí. Así aprendí cómo se escribía ‘entera’ y ‘leche’ y también la marca Pascual. Aprendí las letras y empecé a leer cuentos.

¿Te gusta ser superdotado?

Para un niño no es siempre fácil. Cuando tu maestro o maestra no lo sabe, tienes que hacer cosas que terminas en un minuto. Y después tienes que hacer más de lo mismo. Esto es muy aburrido. A veces te da dolor de cabeza o vientre. Pero ahora que lo saben, me dan otros trabajos y esto me gusta. Por ejemplo ya me sé las tablas, así que cuando tocan, me dan otro trabajo.

¿Cuándo fue lo más difícil para ti ser superdotado?

En el primero de Primaria, porque ya sabía leer, pero tenía que hacer lo mismo que mis compañeros. Aprender las palabras como pez, luna, rosa…. (se emociona y sus ojos se humedecen). La maestra tenía miedo de que me hubiera enseñado mal a mí mismo. Era horrible, porque para mí era demasiado fácil, no tenía que esforzarse en absoluto. No me sentí entendido. Muchas veces iba a preguntarle si me dejaba hacer algo más difícil, se lo decía amablemente: ‘seño, por favor, ¿puedo hacer otra cosa? Que para mí esto es muy fácil.’ Pero no me dejaba. Pero otra profesora me hacía bromas y me decía: ya sé qué palabras quieres aprender, como por ejemplo multitraumatismos……o polipropileno….. Esto me gustaba y nos reímos.

No todos los adultos ven bien que tus padres te contaran que eres superdotado. ¿Qué piensas tú? Te gusta saberlo o ¿habrías preferido no saberlo?

Me gusta saberlo, porque si no, no entendería por qué en clase ahora no tengo que hacer ciertos trabajos y por qué yo tengo un programa especial. Me habría gustado saberlo antes, porque tendría haber entendido por qué a mí muchas cosas me salían así de fácil y a otros niños no. Esto antes no lo entendía y me sentía raro.

¿Piensas a veces que debes tener cuidado con lo que dices sobre tu inteligencia?

Puedes estar orgulloso, pero no debes presumir de ello, porque si no, otros niños se sienten molestos o dolidos y esto no es lo que quiero. Sí, tengo que tener cuidado. Me pasó con una niña de mi clase. Ella pronunció algo mal y le corregí. Se enfadó y hasta hoy está enfadada conmigo. Ya no juega conmigo.

Leíste el libro ‘Superdotado. Y ¿qué?’. ¿Te gustó? (es un libro en holandés para niños, no traducido).

Sí, mucho, porque ahora entiendo mejor a mí mismo. Porque hablan de cosas que a mí también me pasan, como preferir jugar solo en el recreo, mirar por la ventana, hacer otras cosas que otros niños porque es algo que va más contigo. Etc.

¿El libro te animó a hacer cosas de modo diferente?

Sí, por ejemplo en el libro ponen que cuando tu maestra te prepara trabajo que para ti aún resulta muy fácil, no es malo decírselo. Y también ponen que cuando yo cometo un error, no debo enfadarme conmigo mismo. Porque todo el mundo se equivoca, también el superdotado. Y también he aprendido que con algunas cosas está bien adaptarme un poco. Por ello he cortado mi pelo, porque así no soy diferente a los demás chicos. En el libro lo llaman ‘adaptación buena’, no demasiado y no demasiado poco. A veces pongo un poco de gel en mi pelo, como mis compañeros, pero no voy a llevar zapatos de color plata, como ellos, porque no me gustan. Quiero ser yo mismo, pero en algunas cosas es bueno adaptarme un poco.

Por ejemplo coleccionando cromos de fútbol

Sí, me gusta compartir e intercambiarlos. Y también he empezado a jugar fútbol con ellos, porque quiero participar en el grupo.

Si pudieras elegir entre ser superdotado o no, ¿qué elegirías?

Pues, no elegiría ser superdotado, sino algo entremedio. Entre normal y superdotado. Y también elegiría ser algo mejor en deportes. Y también elegiría no ser víctima de acoso.

¿Te acosan?

Sí, me dicen que soy un empollón, porque sé mucho y tengo gafas. Pero no lo puedo remediar, todavía no puedo llevar lentillas. Me duele este mote.

¿Quieres añadir algo más?

Sí, todos los niños que son muy inteligentes, deben preguntar a sus padres si son superdotados. No es malo saberlo, ya que cuando lo sabes, se lo puedes decir a tu maestra o maestro y te pueden ayudar. Y cuando no se sienten a gusto en el colegio, deben leer el libro, ya que es un tipo de guía que te ayuda a conocerte mejor a ti mismo.

Traducción de una entrevista de la revista holandesa ‘Talent’, nº 4, julio 2006

Comparte este artículo si te ha gustado
Facebook
Twitter
Email
WhatsApp