Por tanto hay estar alerta y conocer las señales que pueden indicar que el niño sea víctima de acoso en el colegio. Asimismo cada centro escolar debe elaborar un plan de actuación para atajar esta lacra.
¿CUÁNDO HABLAMOS DE ACOSO ESCOLAR?
Acoso escolar es el fenómeno de que alguien hace daño a un compañero de modo persistente y estructural. Lo hace con intención de causarle sufrimiento y lo disfruta. El acosador sabe que el otro es más débil y más vulnerable y que sufre por lo que le ocurre. El acoso se da principalmente en Primaria y en los primeros cursos de Secundaria. Implica violencia física y/o quitarle y romperle las pertenencias del niño. También hay violencia psíquica, como insultos, amenazas y reírse de él. Otra forma del acoso es el ciberacoso, mediante sms, whatsapp y social media.
El acoso puede causar tanto sufrimiento que el niño decide quitarse la vida.
DISCERNIR ENTRE UN CONFLICTO ESCOLAR Y EL ACOSO ESCOLAR (BULLYING)
Si es un conflicto, se trata de un evento aislado, mientras el acoso persiste en el tiempo.
El conflicto es una conducta accidental, mientras en el acoso hay una conducta intencional.
El primero no está necesariamente dirigido a dañar, pero el acoso va deliberadamente encauzado a provocar daño con el objetivo de ganar control sobre el otro mediante violencia física o verbal.
En un conflicto hay un roce entre iguales, niños con fuerza y poder similar, pero en el acoso hay un desequilibrio de poder.
Un conflicto escolar se maneja siguiendo los pasos de solución de conflictos, mientras el acoso requiere estrategias específicas.
En el conflicto escolar no hay un patrón de actores, mientras en el acoso hay actores bien identificados en su rol y de manera persistente (acosador, seguidor, observador, víctima).
Cuando se soluciona un conflicto escolar, deja un aprendizaje positivo. Cuando no se soluciona el acoso, éste tiene efectos a corto plazo (peor rendimiento y salud) y a largo plazo (autoestima, deserción escolar, suicidio).
¿POR QUÉ SE DA EL ACOSO ESCOLAR?
El acoso en clase tiene que ver con el fenómeno de la necesidad de tener un chivo expiatorio. Esto ocurre en todos los grupos sociales, pero incluso a nivel personal. Un ejemplo: tuviste un mal día en el trabajo, llegas a casa y el gato te espera maullándote en la puerta, porque quiere comer. Le das un traspié, necesitas descargar tu frustración y lo pagas con él. El acoso ocurre a todos los niveles. Otras muestras de ello son la violencia de género, el maltrato infantil, el acoso laboral. También es de todos los tiempos y culturas (homofobia, antisemitismo, racismo etc.).
Por tanto, en clase surge cuando hay tensiones en el grupo. Esto puede tener varias causas: varios niños intranquilos o dominantes; un profesor muy severo; un profesor que no sabe guardar el orden o que gasta bromas a expensas de algunos alumnos. Esto causa tensión entre los alumnos y una sensación de inseguridad (la próxima vez seré yo a quien insulta). Esta tensión necesita un escape y se traslada a un niño, cabeza de turco. Suele ser un alumno que de algún modo llama la atención, como el niño con altas capacidades o el niño muy tímido. Cualquier mínimo detalle puede ser un motivo para convertirse en víctima.
¿Quién de los niños corre riesgo de ser víctima?
• El niño diferente, como el niño superdotado o infradotado, el niño sensible, el tímido, el gordito, el emigrante, el que es torpe en deportes y un largo etcétera.
• El niño que ya fue víctima en otros cursos o en otro colegio.
• El niño preferido del profesor. Es el alumno al que el profesor elogia en clase delante de todos, lo cual evoca celos en los demás.
• El niño que cae mal al profesor. La clase percibe esta antipatía y lo imita.
Mecanismos que intervienen en el fenómeno del niño acosado
Para entender el problema, es bueno detenernos un momento en cómo se produce el fenómeno del niño acosado. En el acoso, igual como en otros tipos de violencia, intervienen 5 partes y 4 mecanismos psicológicos, tal como formula el psicólogo holandés Bob van der Meer, experto en el tema.
Las partes implicadas son:
1. El acosador
2. La víctima
3. El profesor
4. Los padres
5. El resto de la clase
Y los mecanismos psicológicos son:
1. El fenómeno del chivo expiatorio
2. La conspiración de callar
3. El dilema de las personas presentes
4. La tendencia de culpar a la víctima
Miremos primero las partes implicadas, especialmente el resto de los niños que forma la mayoría silenciosa. Los compañeros saben del acoso, pero no hacen nada. Estos niños podemos dividirlos en varios grupos: 1) los seguidores que participan activamente en el maltrato, 2) los que no hacen nada por miedo a ser la siguiente víctima, 3) los que no hacen nada por propio interés (esperan subir en rango al mostrarse simpatizantes del acosador), 4) los alumnos que no lo ven porque van a su aire y 5) el alumno, con alto rango en clase que frena al acosador por un tiempo, aunque el acoso vuelve a darse. Esto último no suele darse con frecuencia.
En cuanto a los mecanismos, ya hemos analizado el fenómeno del chivo expiatorio. Este en sí no es un fenómeno extraño, sino es algo inherente a la vida que también se ve en el mundo animal (observa, por ejemplo, las gallinas dentro de su gallinero). Lo debemos reconocer y así reconducirlo.
El segundo mecanismo, la conspiración de callar, se da en todos los grupos. Nadie quiere mojarse. Hasta en familias donde ocurren abusos sexuales, se mantiene el silencio.
El dilema de los presentes: es conocido en la psicología que cuánto más personas presencian un accidente, menos disposición muestran para prestar ayuda. Baja el sentido de la responsabilidad (otros le ayudarán). Si el accidente ocurre en presencia de un solo testigo, éste acude en su ayuda.
Y el último mecanismo, el de culpar a la víctima, es un fenómeno que tiene que ver con nuestro hipótesis de un mundo justo. Nos gusta – lo necesitamos – pensar que el mundo es justo. Como por ejemplo: ‘Si alguien trabaja duro, encontrará un puesto laboral.’ ‘Si alguien es bueno, encontrará bondad’. Y si no es así, le culpamos a la víctima para que así nuestra idea sobre el mundo no se desequilibre. Hasta el mismo niño, víctima del acoso, suele pensar así (‘habré hecho algo para merecerme esto’). Y el niño acosador también lo piensa. Sabe que actúa mal, pero lo justifica para sí mismo: ‘Tiene una voz rara’ o ‘lleva ropa rara, así que tengo derecho a tratarlo así’.
Conocer estos mecanismos nos hará ver que dentro de nosotros también existen estas ideas. Dándonos cuenta de ello estamos en condiciones para combatir el acoso escolar (y cualquier tipo de violencia).
¿CÓMO ES EL NIÑO ACOSADOR?
Hay ciertos factores que influyen en que el niño se convierta en un niño acosador:
• Recibe poca atención en casa
• Sus padres no le corrigen su agresividad.
• Hay maltrato en casa, al niño, a la madre, entre hermanos.
• Ve muchas horas televisión y videos con contenido violento. El asesinato del pequeño, de 2 años, a manos de niños de 10 años en Inglaterra, fue una imitación exacta de un video juego.
• Ha sido víctima de acoso. Para huir de ello, el niño se convierte en acosador.
Resumiendo, se trata de un niño emocionalmente abandonado, con problemas en el ámbito emocional-social, con falta de habilidades sociales y empatía. Necesita ayuda, como por ejemplo terapia para aprender habilidades sociales. Corre cuatro veces más riesgo de llegar a ser un niño con serios problemas de conducta, comportamiento anti-social y terminar en el mundo de la criminalidad.
¿Cómo reconocer a un acosador en el aula?
• Es un niño agresivo
• Es un niño impulsivo
• Tiene tendencia a dominar a los demás
• A veces es el niño que goza popularidad
• Tiene muy poca empatía
Testimonio de un niño, que acosa a Marc, un compañero de clase, ambos de 11 años:
‘Soy bueno e“molestar” a otros y me gusta hacerlo. Mi hermana es más mayor que yo y más fuerte, pero yo soy más ‘inteligente’. Cuando ella me hace algo malo, espero hasta que se meta en su habitación y entonces la encierro y le quito la luz. Sé cómo hacerlo. Es emocionante ver cómo empieza a pedir socorro. Soy más fuerte que Marc y también más astuto. Cuando vamos por el pasillo, procuro ir delante de él. De repente me paro y él se choca contra mí. Le insulto y le pego porque es él quien no mira dónde anda. Procuro que parece que él empiece. Y en el patio, campo de fútbol o en el pasillo el truco es darle una patada sin que nadie lo vea.’
Testimonio de Marc:
‘Cuando un día salí del cole, de repente Johnny apareció detrás de un coche con 3 niños más. Me pegaron y se rieron de mí por la ropa que llevaba. Me enfadé y tenía mucho miedo. Me dijeron que no lo contara a nadie. Solo les dije ‘no’ con mi cabeza y me fui corriendo a casa. Desde aquel día Johnny me acosa cada vez que pueda, tengo moratones por todo mi cuerpo. Mis padres lo saben y también el colegio, pero él sigue haciéndolo a escondidas. Nada cambia.’
Marc es un niño tímido que habla bajito. Tiene un buen amigo y suelen estar juntos. Le encanta mirar por la ventana y ver el cielo. Le gusta la naturaleza y los fines de semana suele ir con sus padres a dar largos paseos. Sus padres están desesperados.
Johnny es el niño guapo y popular de la clase. En casa recibe poca atención, sus padres trabajan mucho y el niño pasa las largas tardes solo en casa, mirando videos de pelea o carreras de Fórmula 1. No tiene amigos fieles. Sus padres no se preocupan por el problema.
LOS SÍNTOMAS DEL NIÑOS ACOSADO
El alumno que sufre acoso suele mostrarse estas señales:
• Molestias físicas, como dolor de cabeza, tripa, vómitos, eczema, cansancio, temblores, palpitaciones etc.
• Cambio de carácter. De ser un niño alegre, se convierte en el niño callado, triste, mirada baja, etc.
• Baja autoestima
• Descenso del rendimiento
• Absentismo frecuente
• Dificultad de concentración
• Se resiste ir a ciertos lugares, como el patio, baño, comedor, gimnasio o el autobús.
• Síntomas depresivos como insomnio, falta de apetito, pesadillas, irritabilidad.
• Conductas de ataque y bajo auto-control
• Llantos excesivos y respuestas emocionales extremas
• Aislamiento
• Auto-mutilación
• Siente vergüenza, porque piensa que es su culpa. No habla en clase o cada vez menos.
• A mayor edad: más riesgo de sufrir ansiedad y baja autoestima persistente. Mayor probabilidad de sufrir acoso en el trabajo. De adulto, muchos requieren psicoterapia.
¿CÓMO REACCIONA LA VÍCTIMA?
El niño acosado puede reaccionar de dos formas:
1. Pasiva. No hace nada; se encierra en sí misma, esquiva el contacto con la mirada hacia abajo e intenta pasar desapercibido.
2. Activa. La víctima empieza a provocar y actuar de modo extraño por lo que llama la atención. Con esta manera él piensa poder controlar el acoso. Pero existe el riesgo real que el entorno piensa que él provoque el acoso y se le culpen de ello. Pero ojo: solo reacciona ante el maltrato que recibe. Ningún niño busca ser el acosado.
Ninguno de los dos es capaz de poner fin al acoso y ambos, por su lenguaje corporal, expresan su miedo y su malestar. Esto a su vez incita al acosador a seguir con su táctica.
Pocos niños son capaces de escaparse de su posición; a veces hay alguno que, por tener una madurez emocional elevada, logra poner fin a la situación (como el niño de India, seguramente superdotado, del libro ‘La vida de Pi’, de Yann Martel). Sus compañeros le hacen burla por su nombre (Pi..pis), pero él inventa una manera para poner fin a ello.
ACTUAR ANTE EL ACOSO
Para atajar el problema, EL COLEGIO Y LOS PADRES DEBEN TRABAJAR JUNTOS. Los padres no deben hablar con el niño acosador ni con sus padres. Los estudios demuestran que esto no ayuda, ni tampoco las intervenciones cortas en que se resuelven casos puntuales.
Una táctica en la que el colegio aborda el problema de modo abierto sí es efectiva. Debe haber reglas sobre la buena conducta. Debe hablarse en clase sobre estas reglas y los alumnos deben seguirlas. También los padres deben conocerlas. Colegio y padres juntos premian a los niños por sus buenas conductas y actúan rotundamente cuando los niños hablan mal de otros, les insultan, discriminan, excluyen o acosan.
Hay que hacer algo estructural en todo el colegio.
• Formular un reglamento de cómo se procede en caso de acoso. Hacer un protocolo de actuación. Cuando los padres matriculan a sus hijos, el colegio les da esta información (puede ser un folleto) que los padres deben leer y firmar. Solo tras firmarlo la matricula se efectúa. Uno de los reglamentos es que, cuando un niño acosa, los padres serán informados y se comprometerán a colaborar con el colegio. La realidad suele ser distinta: los padres se muestran reacios, culpan a la víctima, etc. Habiendo firmado el reglamento, el colegio está en su derecho de exigir la colaboración de los padres.
• Todos los profesores sacan el tema del acoso, mediante un video, un cuento, etc. Por ejemplo se celebra anualmente EL MES DE LAS BUENAS CONDUCTAS, TODOS CONTRA EL ACOSO. El profesor lo habla con sus alumnos. Les hace preguntas e intenta que todos hablen. La clase, con ayuda del profesor, formula reglas de comportamiento que se cuelga en clase. Se estipula la responsabilidad de cada uno que consiste en decir cuando alguien sufre un insulto, una palabra fea, una humillación. Esto no es chivar, sino ayudar al compañero. Toda la clase firma el documento. En Escuela Infantil los profesores hacen las reglas, pero en Primaria se hacen con los alumnos.
• Ante la primera señal de acoso se actúa. No se espera para ver si los niños lo solucionan solos. Cada caso se toma en serio, incluso cuando hay dudas de que sea realmente así. Los estudios demuestran que los colegios tienden a esperar demasiado tiempo. El acoso se instaura como hábito y es cada vez más difícil de combatir.
• Se aconseja a los padres de la víctima no contactar con los padres del acosador. No suele funcionar. Al contrario: puede originar una lucha entre padres, en el peor de los casos se crean dos campos. El problema se soluciona en el colegio.
• La violencia fuera del centro (a la salida en la calle) también forma parte del acoso escolar.
OTRAS TÁCTICAS:
• Hablar con la clase sobre las diferencias entre ellos. Explícales que cada alumno es diferente. Hacer un ejercicio en el que los alumnos deben apuntar en qué aspectos él mismo es (o se siente) distinto a los demás. Así el tema está abierto. Hablar abiertamente sobre las diferencias y hacerles ver que estas diferencias nos hacen únicos. En otras palabras: estas diferencias son positivas. Se puede hacer un mural del tema.
• Se dedica tiempo a hablar en clase sobre las emociones. Tristeza, humillación, vergüenza, odio….También trabajar la empatía es una buena herramienta para combatir el acoso. ¿Cómo te sentirías si……? ¿Qué piensas que el otro siente?
• Si sospechas un caso, habla con los padres para preguntar sobre su sueño, dolores de cabeza o tripa, náuseas, vómitos, llanto, etc.
• Sigue al niño a una distancia prudente donde normalmente está sin vigilancia. Seguramente te encontrarás con el acosador.
• Revisa con regularidad las paredes y las puertas del baño donde los niños suelen escribir burlas e insultos.
• Habla con compañeros más cercanos al niño víctima y al niño acosador para sacar información.
• Para tener una buena idea de cómo van las relaciones entre tus alumnos, hazles un sociograma. De esta manera se encuentra fácilmente al alumno aislado, solitario. Este es el alumno al que hay que prestar atención.
MEDIDAS CORRECTIVAS
El niño acosador debe recibir algún castigo; no se le puede permitir comportarse tal como lo hace sin que haya alguna medida correctiva. Darle castigos como barrer el patio o limpiar los váteres no surte efecto. Se trata de que el niño cambie su actitud y aumente su empatía. Algunas ideas:
• Quitarle algún privilegio, como no salir al patio, no participar en alguna actividad, no utilizar el ordenador, etc.
• Si rompió algo de la víctima, debe ir restaurando el daño, preferiblemente de su propia paga.
• Hacerle sentir cómo uno se siente al estar apartado, acosado y humillado (depende de la edad del niño si esta medida se puede aplicar o no).
• El acosador debe escribir una carta a su víctima, pidiendo perdón o comprar o hacerle algo. La carta la lee en clase. Como vulneró las reglas estipuladas por todos, de este modo se restablece el pacto y vuelve la seguridad.
• Hacer en clase un juego de rol o un teatro sobre el acoso en el que los niños representen los distintos roles (el acosador, el acosado, la mayoría silenciosa). Al acosador se le da el rol de la víctima. O bien se pide a la clase que cada uno escribe un relato sobre el acoso y el por qué. Se analizan los posibles motivos y luego se le pregunta al acosador cuáles de éstos le instigaron a él. O bien un alumno (por ejemplo, uno de la mayoría silenciosa) da una presentación sobre el tema.
• Se le buscan ayuda psicológica para la familia y una terapia de habilidades sociales para el niño.
• Elogiarle por sus buenas conductas y celebrarlas con él en clase.
• Como último recurso: expulsarle del colegio.
DATO IMPORTANTE:
Los colegios con una buena disciplina, dentro del aula y fuera de él, con un protocolo de actuación contra el acoso escolar y donde se imparten clases sobre emociones y empatía, son los que menos casos presentan. También es importante el nivel de supervisión y vigilancia de los alumnos. No deben estar solos por mucho tiempo. También un buzón para quejas o denuncias de acoso de modo anónimo es una buena ayuda.
ERRORES FRECUENTES:
• A veces se intenta solucionar el problema, mandando a la víctima a terapia para aprender a defenderse. Pero el problema no está en él. Esta medida solo le refuerza en la idea de que el acoso es su culpa. Mientras, el niño acosador –si no se le corrigen- buscará otra víctima. Es él quien necesita ir a terapia. A la víctima le puede ir bien ir a clase de judo o karate (procurando que el acosador no esté en esta academia, si no, el acoso seguirá en este entorno). Hay que informar al entrenador de judo sobre la situación del niño acosado.
• Tomar como tonterías las quejas del niño. Ante la duda, observar y/o preguntar a otros niños y colegas del centro.
• Esperar demasiado tiempo y no emprender ninguna acción. Con ello, aceptamos la violencia y les enseñamos a los niños que ésta queda impune. Esto aumenta la sensación de inseguridad en los niños. Y no es extraño que en una sociedad que tolera el acoso escolar, se den más casos de violencia del género.
LA IMPORTANCIA DE ACTUAR
Cuando hay acoso escolar, solo hay perdedores. El niño acosador no es un niño feliz; el niño víctima sufre un problema que le perseguirá toda su vida; la mayoría silenciosa también sufre porque no se siente segura en el aula. Esto causa que los niños se concentren y rindan menos, muestren más problemas de conducta o retraimiento y no vayan con placer al colegio. Sentirse cómplice de algo malo les pesa.
El colegio debe ser un lugar seguro para los niños.
Coks Feenstra, psicóloga infantil, noviembre 2014
DATOS
SERVICIO DE PREVENCIÓN CONTRA EL ACOSO
Gobierno de Canarias, Ministerio de Educación
Guía_acoso.pdf
www.gobiernodecanarias.org/educacion/prevencionacosoescolar
Libros sobre las emociones:
Para los más pequeños, la serie ‘Crezco feliz’ Timún Más/ Planeta:
‘Así me siento en casa’, ‘Así me siento en la escuela’, ‘Descubro mis emociones’ y ‘Las emociones de Max’.
Libros sobre el acoso escolar:
A partir de 6 años: ‘Bill el abusón’ Ole Könnecke, S/M
Acoso escolar ¡No! Stéphanie Duval, San Pablo