VENTAJAS E INCONVENIENTES DE TENER UN HERMANO MAYOR

Coks Feenstra · Psicóloga Infantil

30 de marzo de 2007

VENTAJAS E INCONVENIENTES DE TENER UN HERMANO MAYOR

¿QUÉ SIGNIFICA TENER UN HERMANO MAYOR?
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¿Cómo es para un niño tener un hermano mayor? Es para él su ¿gran apoyo y su héroe o es la persona que siempre le critica y manda? Analicemos los pros y los contras.

Pedro y Alberto, de respectivamente 4 y 2 años, están jugando en el salón. Tienen las sillas puestas en una fila y Pedro va sentado en la primera. El es el ‘conductor’ del autobús. Alberto está sentado tras él con un papelito en la mano (el ‘ticket’ del viaje), tal como le ordenó su hermano. En las demás sillas también hay ocupantes: unos cuantos peluches. Pedro es el quien organiza los juegos y el que manda sobre Alberto que fielmente sigue sus instrucciones.

Para el pequeño el hermano mayor es su compañero de juego idóneo; es él quien le ofrece diversión y actividades desde el comienzo de su vida. Ya desde su hamaquita de bebé sigue todos los movimientos del mayor y lo sigue haciendo en las etapas posteriores, primero a gatas y luego andando tras él. También es él quien le enseña a hacer cosas; de él aprende, ya que el mayor le aspira a ser capaz de hacer lo mismo que él. Le admira y es su gran estímulo.

Momentos agradables y otros desagradables

Si los hermanos se llevan pocos años, su relación suele ser estrecha, porque su estado madurativo es parecido; y por ello les gustan las mismas actividades. En caso de gran diferencia de edad (con más de 5 años), las fases en las que está cada uno, son tan diferentes entre sí que coincidan menos en sus juegos. Pedro y Alberto pasan muchas horas juntos. El pequeño disfruta de estar cerca de su hermano y no hay duda de que éste para el sea un estímulo. Pero también hay un lado negativo: el pequeño se da cuenta que no es tan hábil como su hermano; desde el comienzo de su vida debe aceptar que el mayor le gana en todos los terrenos (se vista ya solo, va al colegio, monta en bici etc.). Y aunque por un lado esto le anima para intentar lo mismo, también le frustra. Lo curioso es que según los estudios, los segundos hijos muchas veces destacan en áreas donde al mayor no les lleva ventaja, como las artes, los deportes, los contactos sociales, etc. El mayor parte con ventaja en el área intelectual, de modo que el segundo busca otras áreas para hacerse notar. Otro punto negativo de ser el segundo es que el mayor domina sobre el pequeño o se muestra muy crítico con él. Hasta los 7 ó 8 años un niño aún no es capaz de ponerse en el lugar del otro y mostrarse empático. Pedro manda de forma muy autoritaria a su hermano y le habla de un modo que a sus padres les ponen los pelos de punta. Lo cuenta su madre: “Le dice unas cosas que no sé dónde las aprende, porque nosotros nunca hablamos así. El mayor se comporta a veces como un dictador”. Esto es frecuente en los niños de corta edad. Y ¿cómo lo vive el pequeño? No hay duda de que sufra en estas situaciones y busque maneras para defenderse, como morder, romperle sus dibujos o juguetes, gritar, dar patadas, la mayoría de las veces con la sensación de no poder con él. Al fin de cuentas el mayor le gana en fuerza física. Depende de los caracteres de los niños cómo ‘resuelven’ esta situación; por ejemplo si el mayor es muy pacífico y el pequeño tiene un carácter fuerte, es posible que éste pronto aprenda a defenderse o incluso apoderarse de él. Si la situación es al revés, el pequeño corre el riesgo de ser dominado por el mayor. Sea como sea, el escenario en casa es para ambos un excelente terreno para ir practicando en la toma y daca de las relaciones sociales.

Padres más relajados

Nacer como segundo tiene sin duda una ventaja con la que el primogénito no cuenta: el segundo nunca se siente desplazado por un recién nacido (a no ser que nazca un tercer bebé); no debe pasar por esta experiencia impactante como el hermano mayor. Este, debido a ello suele sentirse más inseguro sobre sí mismo a nivel emocional, algo que no le pasa al segundo. Al contrario, éste suele estar menos pendiente a nivel emocional de sus padres y sus hermanos que el primogénito y crece con más confianza en las personas, porque está acostumbrado desde pequeño a que alguien le echan una mano. Y esto le hace estar en el mundo de una manera más segura. También vive otra ventaja: sus padres ya tienen experiencia y están menos tensos. Según los estudios, lo común entre los padres es que describan a su segundo hijo como un niño fácil de educar. Pero esto tiene que ver más con ellos mismos que con el niño en sí: ellos se agobian menos. Pero no hay un pro sin un contra: también es cierto que la excitación de ser padres es mucho más elevada con el primogénito. De él se hacen multitud de fotos y grabaciones más que con los siguientes hijos.

Consejos:

 Procura hacer del segundo muchas fotos y graba sus hitos, como el primer diente, el primer pasito, etc. También un libro sobre él le llenará de orgullo más adelante.

 No le trates siempre como el “pequeño”. Esto merma su autoestima. Enséñale a hacer las cosas por sí solo y celebra con él sus logros.

 No le defiendas a capa y espada, aduciendo que él es el pequeño. Si se pelean, deja que cada uno cuente su versión de lo ocurrido y busca un compromiso sin nombrar un culpable. Puede que efectivamente uno haya empezado o pegado, pero es muy probable que el otro le haya provocado anteriormente.

 En vez de pedir siempre al mayor que tenga en cuenta al pequeño, defiéndele de vez en cuando a él. Este, muchas veces, siente cómo su territorio está invadido por su hermanito que lo toquetea todo (sus ‘obras’, sus juguetes). Crea un rincón para el mayor donde las manitas del pequeño no lleguen. O siéntale con por ejemplo su puzzle en el parque del pequeño donde estará a salvo de las interferencias del hermanito.

Las relaciones entre los hermanos pueden ser muy diferentes; en ello influye el carácter de cada uno, el sexo y también el estado de armonía entre los padres. Pero por mucho que se peleen, hay un aspecto positivo que siempre se da entre los hermanos: el mayor se muestra como su gran defensor cuando el pequeño está en peligro. Y esto es, sin duda, una gran ventaja de tener un hermano mayor.

Las diferencias entre ellos

El primogénito

• Sus primeras personas de apego son sus papás. Más tarde amplia sus contactos hacia otras personas; en general sabe relacionarse bien con personas desconocidas y no le cuesta recurrir a ellas.

• Aprende con mayor rapidez que otros hijos, gracias a la dedicación de sus padres. De mayor suele tener don de liderazgo y ocupar cargos de responsabilidad.

• Es importante para él contar con la aprobación paterna. Se esfuerza para conseguirla y, por ello, es ambicioso, más que el segundo. Desarrolla una gran perseverancia.

El segundo

• Está acostumbrado desde siempre a compartir la atención paterna. Por ello emocionalmente es menos dependiente.

• Aprende mucho de su hermano mayor. Gracias a ello crece con plena confianza en otras personas más que él.

• Se le considera siempre como ‘el pequeño’; por ello corre el riesgo de no desarrollar sus propias cualidades. Piensa que otros le deben ayudar.

(Fuente: Crecer feliz, octubre 2006, nº 217, escrito por mí)

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