Un niño con autismo tiene problemas a la hora de comunicarse y entender nuestro lenguaje. No interpreta bien nuestros gestos corporales y palabras y se siente perdido en un mundo donde el lenguaje verbal y corporal está tan presente. No obstante, las nuevas tecnologías, que ofrecen el ordenador, el Ipad, las tabletas etc. le ofrecen posibilidades, mucho más adaptadas a su manera de entender. Le son más cercanas, ya que aprende a base de la vista y la repetición. Expertos en autismo, junto con ingenieros en la informática están aunando sus fuerzas para acercarle al niño autista a nuestro mundo y entender mejor el suyo. Los resultados son esperanzadores.

EL AUTISMO INFANTIL

Uno de cada 100 a 250 niños está afectado por el Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), cuya causa, seguramente, está ligada a una anomalía en el desarrollo neuronal. Se da más en niños que en niñas. Esto implica que el niño (o adulto) tiene dificultad en la comunicación e interacción social en diferentes contextos. También pueden aparecer otros problemas, como la ausencia del lenguaje oral, discapacidad intelectual, epilepsia, pero no es así en todos los casos. Lo que sí es común en todos los niños con autismo son las dificultades para comunicarse y relacionarse.

El sentido visual es el mejor preservado en el niño afectado por el TEA. Lo utiliza para todo tipo de tareas, incluso para aquellas que no tienen un componente visual. Dicho de otro modo: aprende con los ojos y no a base de explicaciones verbales. Por ello las recientes tecnologías le van muy bien, ya que le ofrecen apoyos visuales. Por ejemplo, mediante un programa, que representa los objetos diarios los padres pueden enseñarle al niño cuál es la siguiente actividad (dormir, comer, etc.) y el niño mismo puede puede señalar qué es lo que quiere: la pelota, ir al parque, comer macarrones…. Le ayuda a expresar sus necesidades y esto a su vez le estimula en el lenguaje. El ordenador, además, es predecible; al contrario con las personas – cambiantes y volátiles- reacciona siempre del mismo modo, toda una ventaja para el niño. Trabajando en cualquier programa de ordenador, es el niño el que controla la situación.

El niño con TAE entiende el lenguaje en su sentido literal y no comprende mensajes con doble sentido. No obstante, la música es una de las pocas informaciones que no necesitan ser decodificadas. Llegan directamente al cerebro, así que es información fácil de digerir. Se utiliza como refuerzo educativo y apoyo en el contacto social. Los aprendizajes adquiridos en un entorno virtual los transfiere después fácilmente a entornos reales. Al niño le suele encantar el ordenador o la tableta, así que está motivado para aprender al mismo tiempo que se divierte.

Testimonio de Esther Puente, madre de Alejandro, de 4 años:

De bebé, Alejandro empezó a sonreír tarde y lloraba mucho. Le encantaba balancearse en una mecedora de forma brusca. Fue siempre un niño cariñoso con nosotros. Le encantaba estar en brazos y darnos besos, pero no nos miraba a la cara ni reaccionaba a su nombre. No mostraba interés por otros adultos ni por los niños, pero sí por objetos, aunque no sabía utilizar bien los juguetes. Veíamos ya en el primer año que su desarrollo era diferente al de otros pequeños. Antes de los 20 meses fue diagnosticado con TEA debido a una alteración genética (Idic 15 en mosaico) y ya recibía terapia. A los 2 años empezó a señalar, todo un hito y a los dos y medio a decir alguna palabra. El contacto social, con mucho trabajo, iba aumentando. Tenía muchas rabietas, a veces por inflexibilidad, otras porque no entendía. A sus dos años empezamos a mostrarle fotografías, como ‘Alejandro durmiendo, comiendo, bañándose’. Así conseguimos mejorar la comprensión y reducir las rabietas. Como ya sabía abstraer, empezamos medio año más tarde, a utilizar pictogramas, sacadas de Internet, de ARASAAC. Aprende con los ojos, así que fotos, imágenes y pictogramas le llegan mejor. Siempre tenemos una agenda visual a mano. Ahora utiliza bastante bien el Ipad. Gracias a ello ha aprendido a contar hasta 10, reconoce letras, hace ejercicios de discriminación auditiva con animales y puzles. Los monta mejor que los convencionales por su dificultad con la psicomotricidad fina. Las nuevas tecnologías son una gran fuente de aprendizaje y de entretenimiento. ¡Le encantan! Ahora empieza a estructurar frases y puede mostrarnos su descontento sin tener una rabieta. Va a un colegio normal donde recibe apoyo de un logopeda y maestra especial. De momento le estamos ayudando en el contacto social. Quiere relacionarse, pero lo hace de forma inadecuada. Apostamos por seguir enseñándole con el apoyo visual y estamos muy pendientes de lo que la tecnología nos puede aportar. Es importante CREER en estos niños y aprovechar sus intereses para su desarrollo. Son unos campeones, capaces de muchas cosas’.

SEÑALES PARA SU DETECCIÓN:

Hacia los 12 meses:

• No balbucea ni hace gestos como saludar con la mano, o señalar para pedir o mostrar algo.

• No atiende cuando se le llama por su nombre; puede parecer sordo.

• No mira a la cara y le cuesta mantener el contacto visual.

Hacia los 18 meses:

• No dice palabras o pierde el balbuceo y palabras que ya dominaba

• Juega de un modo monótono y repetitivo, como alinear o girar objetos.

Hacia los 24 meses:

• No dice frases de dos o más palabras de modo espontáneo; repite a veces lo que oye (ecolalias).

• No se inmuta ni llora cuando sus papás le dejan al cuidado de otra persona.

• Se resiste a cambios en su rutina y puede mostrar un apego inusual a algunos objetos.

• No muestra interés por niños ni adultos.

Coks Feenstra, psicóloga infantil

Para más información:

‘Niños pequeños con autismo’, soluciones prácticas para problemas cotidianos, Autor: Equipo Deletrea, 12,50 €

En Internet:

www.catedu.es/arasaac (para obtener pictogramas)

www.proyectoazahar.org

www.pictogramas.org