¿CÓMO SOBREVIVIR A LA ADOLESCENCIA DE LOS HIJOS?

Coks Feenstra · Psicóloga Infantil

21 de agosto de 2009

¿CÓMO SOBREVIVIR A LA ADOLESCENCIA DE LOS HIJOS?

Los padres me consultan a menudo sobre sus hijos adolescentes. Aquí podéis leer sobre las preguntas más consultadas y sus respuestas.

1.tLA ADOLESCENCIA ¿SIEMPRE ES UNA ETAPA TURBULENTA?

En la mayoría de los casos sí. Podemos comparar la adolescencia con la etapa del ‘no’ que atraviesa el niño pequeño en torno a los 2 años; está descubriendo su propia individualidad (durante el primer año se vive como parte de su mamá) y necesita rebelarse contra ella para afianzar su ‘yo’. Por esto su palabra favorita es ‘no’. En la adolescencia el joven necesita nuevamente rebelarse contra sus padres porque está en la encrucijada entre niño y adulto. Necesita descubrir quién es y qué opina.

2.t¿ES UNA ETAPA DIFÍCIL PARA EL ADOLESCENTE O TAMBIÉN PARA EL ENTORNO?

Es difícil para todos, aunque el que más lo acusa, es el joven. Es el que sufre los momentos de soledad, de dudas vocacionales y existenciales (¿para qué sirve esta vida? ¿para qué sirvo yo?, ¿por qué el mundo es cómo es?) etc.

3.t¿DE DÓNDE VIENE ESTA DIFICULTAD?

El periodo antes de la adolescencia el niño vive una fase relativamente tranquila a nivel emocional: acepta la ideología de sus padres (normas, valores) sin apenas cuestionarla. El mundo es para él tal como se le explican sus padres. Pero esto cambia en la adolescencia, que empieza a los 13 ó 14 años y termina entre los 18 y 20 años. La palabra ‘adolescencia’ deriva del término latín adolesco que significa ‘crezco’. El propio crecimiento y su mayor madurez le conducen a ponerlo todo en duda, como una manera de encontrar a sí mismo. En ello estriba la dificultad. A ello hay que añadir el cambio físico; su cuerpo empieza a adquirir otras dimensiones y otro aspecto (cambio de voz, cambio en los órganos sexuales), no pocas veces ante su propio desconcierto. Sentirse a gusto en este nuevo cuerpo requiere un tiempo.

4.t¿CUÁLES SON LAS ANGUSTIAS Y LOS MIEDOS A LOS QUE SE ENFRENTAN LOS ADOLESCENTES?

En esta fase la atención del adolescente se desplaza del núcleo familiar al de sus compañeros. Ellos empiezan a ser su principal punto de referencia. Para formar parte de ellos quiere ser como ellos; se viste, se peina y se comporta con los de su grupo. La apariencia física cobra ahora mucha importancia. Los miedos se centran en estos aspectos: ¿estoy bien como estoy?; ¿con quién me relaciono? ¿A qué grupo quiero pertenecer?; ¿me aceptarán en este grupo? Y ¿cómo me relaciono con los del otro sexo? Existe una gran inseguridad sobre sí mismo, la propia personalidad y sobre el aspecto físico. Para colmo es el periodo en el que, por influencias hormonales aparece el acne, un aumento de peso repentino (que luego desaparece), etc.

5.t¿QUÉ CAMBIOS SE PRODUCEN EN EL SENO FAMILIAR?

Los padres se dan cuenta que su hijo ya no es el mismo niño; va creciendo a un ritmo veloz, tanto físicamente como emocionalmente. Necesitan enfocar su educación de otra manera, ya no sirven las antiguas directrices educativas. Antes, por ejemplo, eran los padres que estipulaban los planes para vacaciones, fines de semana, etc; ahora es el joven el que traza su propia plan. En general es la fase en la que los padres notan que deben ir soltando las riendas, lo cual no es fácil. Para ellos sigue siendo un niño con cuerpo de adulto. Y de repente ya no le vigilan de cerca mirando cómo juega fútbol o nada en la piscina, sino están en casa, preocupados por si volverá bien y preguntándose en qué ámbito estará. También notan cómo discute todas sus reglas, pone en tela de juicio sus ideas, negocia y no acepta sin más sus límites.

6.t¿CÓMO PODEMOS SABER SI NUESTROS HIJOS ADOLESCENTES VAN BIEN O MAL? ¿QUÉ SIGNOS LO INDICAN?

Si hay una buena comunicación entre padres e hijo, ellos saben cómo se encuentra el adolescente. Puede que se lo cuente; es la situación idónea, ya que indica que se siente respetado y tiene confianza con sus padres. También es probable que no cuente apenas nada y vaya a ‘su aire’. Mientras esté activo y contento, todo irá, seguramente, bien. Cierto distanciamiento es normal. Hay dos riesgos principales: caer en la depresión o en las drogas, que pueden ir asociadas. Los síntomas de una depresión son: falta de apetito (o comer excesivamente), trastornos del sueño, un abatimiento total, no tener ni buscar contactos con amigos o familiares ni tener interés por nada. El efecto de las drogas causa pérdida de apetito (y de peso), dejadez en las obligaciones escolares, malas notas, hacer novillos, un estado de aletargamiento, necesidad de dinero sin explicación o hurtos. También está el problema de la anorexia: principalmente las chicas se muestran muy preocupadas por su alimentación, se vuelven muy exigentes consigo mismas y pierden la noción real sobre su cuerpo (‘soy muy gorda’).

7.t¿QUÉ CONSEJOS SIRVEN PARA QUE NO SENTIR MIEDO NI IMPOTENCIA FRENTE A LOS PROBLEMAS DE NUESTROS HIJOS?

Piensa que la base de una buena relación entre padres e hijos se ha ido tejiendo durante las etapas anteriores. Este periodo puede ser turbulento en mayor o menor medida, pero hay que confiar en él y en la propia educación. Lo más importante ahora es no perder este contacto con él, mantener la comunicación, interesarse por sus pensamientos, sus ideas, sus problemas e ilusiones; incluso contarle tus miedos, preocupaciones, temores; tratar con honestidad el tema de las drogas y averiguar su punto de vista; también informarse sobre este tema y comentar lo aprendido con ellos, porque son los que en realidad mejor lo conocen. El problema está allí, fuera en la sociedad y ellos lo presencian. La mayoría lo prueba, no tengo dudas sobre ello, pero lo bueno sería que lo puedan comentar abiertamente en casa. Lógicamente los padres se asustan y es bueno que lo expresen ante su hijo, pero no desde un sermón, sino desde el cariño que sientan por él. El adolescente es alérgico a los mensajes del tipo ‘Siempre te buscas problemas’, pero le van bien otros, como ‘Qué piensas tú?’; ¿cómo lo quieres solucionar? Estos mensajes delegan la responsabilidad a él y esto es de lo que se trata. También los padres deben aceptar que el joven necesita aprender el ‘autogobernarse’ y lógicamente en ello cometerá sus errores, pero también tendrá aciertos.

8.t¿SE PUEDE EVITAR UNA CONVIVENCIA CONFLICTIVA EN EL SENO FAMILIAR? DISCUSIONES SOBRE SUS SALIDAS, EL DESORDEN EN SU CUARTO, LOS DEBERES, LA MOTO…..

Sí se puede. Hay un truco muy sencillo y a la vez eficaz, yo misma la apliqué con mis hijos cuando pasaron por esta fase: distingue entre los asuntos que incumben exclusivamente a él y los que afecta a tu vida. Por ejemplo: si tu hijo no estudia, ni recoge su cuarto y ‘pierde’ el tiempo, no le critiques ni te entrometas. Son asuntos de él y debe aprender a responsabilizarse de su vida. Puede que repita un curso, pero ¿cuál es su importancia en realidad con toda una vida por delante? Bien, en otros asuntos que te incumben a ti, por ejemplo no recoge la mesa, pone la música muy alta y se olvida a tirar la basura, sí debes ser contundente. Hacer esta distinción y reflexionar antes de criticarle (‘este asunto ¿me afecta a mí o a él?) mejora mucho la convivencia. Y es la única manera en la que él aprende a valerse de sí mismo.

9.tSI EL ADOLESCENTE RECHAZA TODO TIPO DE AYUDA O CONSEJOS ¿QUÉ PODEMOS HACER?

Hay que aceptarlo, pero quizás haya otra persona cercana, como un tío o un profesor que pueda desenvolver este papel. Y esto hay que estimular. Y a pesar de su rechazo, es importante estar ‘allí’; quiere decir: disponible. Presente y a la espera. Si el hijo sabe que sus padres están dispuestos a hablar con él, a pensar con él, puede que algún día lo aproveche y se dé de repente un encuentro positivo. Si los padres se refugian en sus trabajos y están literalmente mucho tiempo fuera de casa, es más difícil que se produzca este momento importante. Quiere decir que, aunque él pasa mucho tiempo fuera de casa en compañía con su pandilla, la presencia de sus padres en casa sigue siendo importante. Habrá sin duda muchos días en los que no lo aproveche, pero otros sí. También los momentos cotidianos, como la comida, ver juntos las noticias o un partido de fútbol son importantes.

10.t¿SON TODOS PROBLEMAS EN ESTA FASE O TAMBIÉN HAY ALEGRÍAS?

Ah, ¡sí! Es la fase en la que el joven madura y los padres también. Es un crecimiento conjunto. Aspectos positivos durante toda esta fase son las conversaciones con él, en las que de repente descubres cómo ha evolucionado como persona, sus críticas claras e indiscutibles; en general los jóvenes tienen un marcado sentido de justicia y saben analizar los puntos débiles de nuestra sociedad. Son idealistas y luchadores. Para los padres también significa un periodo con mayor libertad personal; pueden recuperar viejas amistades, hobbies abandonados, porque hay más tiempo para ellos mismos. Esto es también gratificante. Es cierto, tal como demuestra un estudio sociológico, que los padres viven este periodo como el más difícil de toda la educación de su hijo, pero también demuestra que después de este periodo vuelven a recuperar la alegría de ser padres. Es una fase más de la vida.

Para más información mi libro ‘El día a día con los hijos’, Ediciones Médici. Una tercera parte de este libro va sobre la adolescencia, tanto desde el punto de psicóloga como madre. Consiste de relatos personales a los que se añaden consejos educativos.

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