SOLO JUEGA CON EL TABLET

Coks Feenstra · Psicóloga Infantil

26 de septiembre de 2017

SOLO JUEGA CON EL TABLET

Esta semana varios padres me comentaron lo mismo. “Mi hijo ya no juega, solo se entretiene con el tablet”.

Seguramente las vacaciones han favorecido esta situación, debido a los días largos del verano. Ahora, ya todos de vuelta en el colegio, será más fácil limitar el tiempo que vuestros hijos dedican a los medios digitales. Y esto es positivo.

DESAPARECE EL JUEGO

La limitación del tiempo que un niño dedica a los medios digitales tiene un motivo poderoso: el juego infantil está cambiando. Como me decía Pedro, padre de un hijo de 10 años: ‘Mi hijo está solo con el ordenador, con el tablet o con los juegos que tiene mi mujer en su móvil. Ya no juega con el lego ni hace construcciones de madera como solía hacer. Creaba montajes originales y jugaba que daba gusto verlo. Echo de menos a estas actividades tan típicas de él y de los niños en general. Ahora lo veo sentado en el sofá con su maquinita o la consola y cuando le digo que ya es hora de dejarlo, se enfada sobremanera. No lo veo normal’. Este no el único comentario sobre el cambio del juego infantil. Más padres me comentan lo mismo. Echan de menos a sus hijos, tirados en el suelo, jugando con los muñequitos de playmovil o lego, imitando voces y situaciones. Patricia: ‘A veces me dan ganas de tirar todos sus juguetes, viendo que no los toca para nada. Incluso en algún momento le he amenazado con hacerlo, si siguiera sin jugar. Se puso a llorar y me dijo que no, “mamí, NO, por favor”. Claro, no lo voy a hacer, pero me desespera. Y solo tiene 5 años’.

El juego es muy importante para un buen desarrollo del niño. Tiene numerosas facetas saludables. En primer lugar es ejercicio físico: el niño se mueve y corre. También es práctica manual: manipula objetos y entrena la coordinación ojos-mano. Es aprendizaje a muchos niveles: prueba y cambia, construye y deshace. Es una actividad social: juega con otro niño, tiene que ponerse en su lugar, negociar, ceder etc. Y aún es más: el juego le incita a imitar situaciones, como la entrada en el colegio, el pinchazo de la vacuna, un nuevo bebé en casa, la muerte de su hámster, un enfado de mamá……. Gracias a revivir estas experiencias, mediante escenas que él inventa, el niño asimila lo vivido y madura. El juego es terapéutico. No hay nada que pueda sustituir estas facetas.

SABER MANEJAR LOS MEDIOS DIGITALES

Desde luego, las nuevas tecnologías son parte de nuestro mundo actual. Hoy en día las familias poseen generalmente 3,7 tipos de medios digitales, entre el ordenador, el tablet, el móvil inteligente, Wii y el Play. El niño no ya viene con el pan debajo del brazo, sino ¡con una multipantalla! Es bueno que aprenda a manejar los medios digitales, que hoy en día es tan importante como saber leer. Además, la tecnología digital funciones educativas. Hay juegos que le aportan conocimientos, que estimulación la concentración, que favorecen la coordinación ojos-mano y que, cuando se juega entre más niños, le enseñan a cooperar e inventar estrategias. Y desde luego es maravilloso que el niño a través de un buscador pueda encontrar información de temas que le entusiasman, como planetas, dinosaurios, historia etc.

Pero hay una parte negativa. Por ejemplo, ver la tele es una actividad pasiva que, si se abusa de ella, conduce al sobrepeso, la obesidad, un mayor riesgo de enfermedades cardiacas y un empobrecimiento cognitivo y social. Ver la tele influye en la duración y la capacidad de concentración del niño. Hay estudios que relacionan un exceso de televisión en los primeros años de vida con problemas de concentración a los 7 años. Otros estudios ven una merma en las habilidades sociales de los niños, debido al juego solitario. Les falta la práctica en el toma y daca social. Y además, según confirman estudios, los niños que ven mucha tele, entienden menos la comunicación no verbal que otros niños con menos hora de tele. Interpretar señales emocionales que transmitimos de persona a persona (un suspiro, una mirada celosa) lo aprendemos en la interacción humana. A los niños ‘digitilizados’ les falta esa práctica.

Tal como se hacía con la introducción de la televisión en los años 60, ahora debemos actuar del mismo modo: utilizar las nuevas tecnologías con raciocinio y sentido común. Y se lo debemos enseñar al niño. No caigamos en el error de pensar que el niño sea capaz de auto-limitarse. Esas tecnologías enganchan una barbaridad (liberan en nuestro cerebro sustancias, como dopamina que produce una sensación de gozo, igual como un terrón de azúcar). Tal como le enseñamos a no abusar de los dulces y helados, debemos enseñarle a utilizar los medios digitales con un tiempo razonable.

ALGUNOS NIÑOS CORREN MÁS RIESGO

Veo en mi consulta que hay niños que corren más riesgo de sufrir los efectos de un abuso de los medios digitales que otros. Son los niños que ya por sí tienen dificultad para relacionarse; son muy tímidos, introvertidos y les cuesta hacer amigos. Poseen por sí mismos pocas habilidades sociales. Para ellos los medios digitales son una vía de escape de la vida real. No tienen que jugar con otros niños, no tienen que sufrir vergüenza, timidez ni momentos embarazosos. Se refugian en sus casas, se resisten a salir a la calle y parecen entretenerse solos sin ningún problema. Pero esa situación es peligrosa: no viven la satisfacción que tiene una amistad; no aprenden a comunicarse con coetáneos, ni a pelearse y luego reconciliarse, no viven valores como el compañerismo, la amistad y la solidaridad. Terminan aislados por lo cual el riesgo a una baja autoestima, tristeza, soledad hasta suicidio aumenta. Puede convertirse en un lobo solitario, mientras el ser humano es un ser social.

Si observáis en vuestro hijo indicios de este aislamiento, acompañado con irritabilidad, enfados y cambios en el sueño y la alimentación, habrá que intervenir y buscar la ayuda de un psicólogo infantil.

¿CUÁLES CON LOS LÍMITES ACONSEJABLES?

Hay que controlar el tiempo y el tipo de programa (o juego) que utiliza el niño. No es lo mismo un juego en que tiene que construir una ciudad u otra donde el objetivo es matar al enemigo. Ten en cuenta que los niños –y los adultos- imitan esta violencia en la vida real (según los estudios un 10 a 20% de la violencia actual en la sociedad se debe a los video-juegos violentos, según la Asociación Americana de Pediatría). Esta misma asociación aconseja a los pediatras que informen los padres sobre los efectos de la tele en el desarrollo cerebral del niño. Aconseja que un niño menor de 2 años no vea tele ni juegue con dispositivos digitales. El cerebro infantil, todavía en pleno desarrollo, requiere la interacción de los padres y cuidadores para obtener un buen desarrollo de habilidades cognitivas, sociales y emocionales. Y ¿los cedés educativos que quizás hayáis visto alguna vez para este grupo de niños, de 0 a 2 años? Según un estudio de la Universidad de Washington, EE.UU., no surten ningún efecto y no aumentan el vocabulario del niño. Leerle cuentos sí lo hace. Es el contacto humano el que necesita el bebé.

Los siguientes tiempos son orientativos y se aplican a total del tiempo que el niño emplea a ver la tele y otros medios digitales (ordenador, tablet, etc.).

ANTES DE LOS 2 AÑOS: NADA O LO MENOS POSIBLE

ENTRE LOS 2 Y 4 AÑOS: UNA MEDIA HORA AL DÍA.

ENTRE LOS 4 Y 8 AÑOS: UNA HORA AL DÍA. Después, para cada 2 años se añade media hora.

ENTRE LOS 8 Y 10 AÑOS: 90 MINUTOS AL DÍA

ENTRE LOS 10 Y 12 AÑOS: 2 HORAS AL DÍA.

Tener la tele encendida sin que nadie la vea también tiene efectos negativos. Las imágenes cambiantes y el sonido interfieren en la concentración del niño para su juego.

UNOS CONSEJOS:

1. Sé estricto a la hora de mantener el tiempo acordado. Si el niño se enfada (reacción frecuente), no cedas ante sus peticiones. Si él desobedece las normas, reduce el tiempo permitido la próxima vez.

2. Procura que tu hijo haga primero sus deberes, que juegue un rato al aire libre o en casa antes de enchufar la tele u ordenador. Apaga los dispositivos durante las comidas.

3. Estimúlale que juegue con otros niños sin utilizar los medios digitales.

4. Juega de vez en cuanto algún juego online con él.

5. Procura que el niño no juegue online poco antes de dormir. Suele entorpecer en un buen descanso.

Coks Feenstra

Psicóloga infantil

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