EL BEBÉ EN LOS PRIMEROS MESES DE VIDA

Coks Feenstra · Psicóloga Infantil

17 de octubre de 2017

EL BEBÉ EN LOS PRIMEROS MESES DE VIDA

Ya ha llegado el bebé al mundo. ¡Qué cambio para él! Y ¡qué cambio para ti! Es, sin duda, el cambio más trascendental de la vida.

El bebé debe adaptarse a la vida fuera el útero. En su vida intrauterina estaba felizmente mecido por tus movimientos a una temperatura agradable y constante. Comía en cada rato que le apetecía, tomando un sorbito del líquido amniótico, oía los sonidos de fuera amortiguados, sentía tus caricias a través del vientre y se sabía envuelto en un espacio protegido a medida que avanzaba el embarazo. Las paredes uterinas le masajeaban la piel.

Ahora recae en ti la tarea de facilitarle lo mejor posible esta transición a la vida fuera del útero. No te asustes, ya que aunque no lo sepas, estás preparada para esta encomienda. Sí, ya que dentro de ti hay una sabiduría que los genes de muchos antepasados te transmitieron y te dejaron como legado. Dispones de intuición materna sin haber sido madre anteriormente. Ahora lo descubrirás. También es así para el nuevo papá. También él tiene instinto, el así llamado instinto paternal.

Su felicidad es importante, para ti y para él. Un bebé feliz es un niño feliz. Y un niño feliz está mejor preparado para la vida. La felicidad humana es genética, quiere decir innata, hasta un 53% (unos lo son más que otros). Pero el resto depende de la crianza que reciba el bebé. Muchas veces los padres piensan que estos primeros años no dejan huella en el niño, ya que éste no recordará sus vivencias. Pero ¡no es cierto! La felicidad del bebé al ser bien cuidado y amado, influye hasta en la estructura de su cerebro. Un bebe feliz segrega más cantidad de oxitocina y endorfinas, las hormonas del bienestar, que un bebé no querido y no bien atendido (piensa por ejemplo en bebés en orfanatos o con una madre depresiva). El cerebro se acopla a esa situación lo cual quiere decir que un bebé amado, de adulto, seguirá produciendo más hormonas del bienestar cuando disfruta del contacto social. Estará más capacitado para gozar de sus relaciones con amigos, familiares y de la pareja. ¡Vaya influencia!

¿QUÉ ES LO QUE UN BEBÉ NECESITA?

Vamos a centrarnos en lo cotidiano. Lo que un bebé necesita, en realidad es muy sencillo:

1. Contacto físico. Antes estaba masajeado por tus caricias y las paredes uterinas que eran como un abrazo firme. El tacto es el único sentido que está completamente desarrollado al nacer. Por tanto, el bebé es muy sensible al tacto. Le encanta estar en tus brazos, sentir tus manos sobre su cuerpecito, estar tumbado a tu lado y recostado contra ti en el porta-bebés. Sabemos de estudios que los bebés que tienen este contacto físico, lloran menos que los que no lo disfrutan tanto. Por tanto, no debes pensar que puedes malcriarle al tenerlo a tu lado mientras duerme una siesta, al tenerlo en brazos etc. No existe algo como ‘demasiado contacto físico’. Hay biólogos /pediatras que llaman este primer trimestre de la vida del bebé “el cuarto trimestre del embarazo”. Según ellos, el bebé, a nivel madurativo, aún tendría que estar en el útero materno, pero no puede ser, porque crecería demasiado y no podría salir. Por tanto, el primer trimestre sirve para ‘incubarle’. El bebé aún es parte de ti, tal como tú seguramente también sientes la necesidad de tenerlo cerca. Escucha tu necesidad de tenerlo contigo. Es natural y sano. Pasado este trimestre el bebé se abre al mundo de fuera y empieza a ser más receptivo al contacto con otras personas.

2. Calor. El bebé no es capaz de mantener su propio calor corporal. Hay que taparle, ponerle un gorrito, etc. Si no, gran parte de su energía que en realidad necesita para crecer, se va en sus esfuerzos de mantenerse calentito. Tápale bien, pero evita el sobrecalentamiento ya que esto es un factor de riesgo para la muerte súbita. Para saber si no pasa ni frío ni calor, tócale la nuca. Si la notas sudada, es señal de que está pasando calor. La nuca es una zona mejor para averiguar su temperatura que sus manos o pies que en general suelen estar un poco frías.

3. Alimentación a demanda. En el útero también comía cuando le apetecía. Poco a poco tu bebé irá adquiriendo un patrón de tomas y siestas por sí solo, ya que irá regulando su ritmo corporal.

4. Protección contra la sobre-estimulación. Le gusta oír tu voz y la del papá que ya conoce. Pero voces muy agudas y sonidos muy fuertes, incluso como luces, pueden asustarle, igual como una avalancha de estímulos. Los bebés actuales reciben más estímulos que los de otras décadas, porque les llevamos de un sitio a otro, les atendemos mientras hablamos por móvil etc. Evita cuidarle con tu atención concentrada en los dispositivos digitales. El bebé lo percibe y le hace infeliz. Además, el mismo ya vive muchos estímulos desde dentro, porque su cerebro está madurando, creciendo y desarrollándose a un ritmo vertiginoso. Necesita, por tanto, un entorno tranquilo y sereno, así dormirá bien, lo cual es necesario. Durante el sueño segrega la hormona del crecimiento y durante el descanso madura su cerebro. El entorno familiar es para él su mejor medio. Hay estudios que demuestran que los bebés, menores de un año, que acuden a una guardería, segregan más hormonas de estrés que los que están en un ambiente familiar. Se piensa que, entre otras cosas, el entorno ruidoso, con un constante trajín de personas, los olores diferentes a los de casa y la compañía de muchos otros pequeños, atribuyen a ello.

5. La sincronización contigo. Tú, en estos primeros meses, vives al ritmo de tu bebé. El es el primero en el que piensas al despertarte y el último al acostarte. Es como el bebé todavía fuera parte de ti. Para él es así, el bebé aún no se ve como una persona autónoma. Hasta que no adquiera ciertas habilidades como gatear, andar, vive a sí mismo como parte de ti. Él depende de ti. Tus reacciones ante él (le sonríes cuando él te sonríe) y tus explicaciones (“amor mío, tienes carita de sueño”) le ayudan a saber qué es lo que le pasa. Tu cara refleja sus emociones, ya que sin darte cuenta expresas lo que él te transmite. Eres su espejo y gracias a ello va entendiéndose a sí mismo. Esto es la sintonía entre una madre y su bebé. Para ello necesitas estar con él sin otras tareas. Así percibirás sus necesidades, como hambre, sueño, cólicos con más facilidad. Es un tiempo especial en tu vida, debes ir conociéndole a él, pero al mismo tiempo a ti como madre. Ha nacido un bebé y también una madre.

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Los psicólogos han hecho un top 5 de la felicidad para cada edad

Para los de 0-12 meses:

• Estar acurrado contra ti

• Sentir tus besos sobre su carita y tus manos sobre su piel

• Estar en su hamaquita cerca de ti

• Ser llevado en un porta-bebés

• Bañarse contigo

Para los de 1 a 2 años:

• Estar en tu regazo

• Hacerle cosquillas y ser aupado

• Leerle un cuento

• Sentarse sobre tus hombros durante un paseo

• Esconderte tras un pañuelo (cu-cu-tras)

Para los de 2 a 3 años:

• Saltar y correr juntos

• Dibujar con él

• Montar una torre que él/ella derrumba

• Hacerle una casita y sentarse juntos mientras él/ ella te prepara un café

• Pasear juntos y deteneros en cada objeto que quiere investigar

Para los de 3 a 4 años:

• Jugar a escondite y a pillar

• Saltar en los charcos

• Ir juntos en bicicleta con él/ella en una sillita detrás

• Jugar juntos al cole

• Columpiarle

Para los de 4 a 5 años:

• Jugar a disfraces

• Hacer manualidades con él/ella

• Hacer juntos galletas o una tarta

• Montar un tren (o jugar con bloques, construcciones etc.) junto con él/ella.

• Hacer carreras de correr, dejándole ganar.

Coks Feenstra

Psicóloga infantil

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