7 de junio de 2012

Hola. Tengo una hija de 29 meses que empezó el jardín por primera vez hace 2 meses ya. No se adapta, el problema es que lleva tiempo ya vomitando todos los días, sea en casa al ponerle el uniforme, en la puerta de la escuela o durante el tiempo que está ahí. En el control pediátrico vimos que bajó algo de peso lógicamente, ya no quiere tomar su mema en la mañana que es el horario en el que va al jardín. A la tarde la toma como siempre y cero problema. Es una niña feliz, activa, participativa, habla mucho, también habla de la escuela, de sus compañeros, de las actividades que hacen. Cuando se va de casa siempre angustiada, en medio de su angustia pide su mochila, su cochecito para ir en él, pero lo hace amargada. Habla de su maestra, no cuenta nada negativo de la escuela, pero no para con el tema de los vómitos. Con sus primos juega perfectamente, los quiere ver, los extraña etc. Ha tenido cierta mejoría en cuanto a su «sociabilización» habla más con la gente, siempre fue como muy retraída con otras personas, lloraba en el control pediátrico toda la consulta, ya no lo hace…cosas de ese estilo. Las maestras no saben qué le pasa, pensaban que era para llamar la atención de ellas o nuestra, pero ha vomitado hasta estando a upa de ellas. Se lleva algún juguete al jardín…pero ve que no sirve de nada. Estamos pensando sacarla, pero tampoco estamos seguros si eso será muy contraproducente… ¿tiene alguna sugerencia? Muchas gracias.

Hola Carina:
Los vómitos son el reflejo de un problema emocional, algo que cuesta de digerir. En el caso de tu hija lo veo como una lucha interna, por un lado quiere superar todo eso y por otro lado tiene un profundo miedo a tantos cambios y vivencias. En lo que cuentas hay muchas cosas positivas, a pesar de su miedo se sobrepone, no se niega, si no que pide su mochila y su cochecito, eso es una señal de superación. El hecho de hablar de sus compañeros y sus maestras también es buena señal. Es una niña muy fuerte y está en proceso de que cada vez le resulte todo esto más fácil. Algo que puede ser útil es que hables con ella sobre este miedo, dile algo así como: “veo que ir al colegio y hacer amigos te pone algo nerviosa, te asusta un poco, pero lo estás haciendo muy bien, eres muy valiente”. De esta forma ella puede poner nombre a lo que siente, y no sentir que es algo malo, si no algo normal y que puede superar. Sería bueno algún día darle un suspiro, es decir, que no vaya todavía todos los días, o recogerla antes de la hora de salida, para que sean menos horas las que pasa ahí. Felicitarla mucho los días que pasa bien. Apoyarla y tened paciencia. Y hacedla ver que no estáis decepcionados si ella en el fondo aún no quiere ir, ya que cabe la posibilidad de que la niña se esfuerce tanto para no decepcionaros. Todo niño siempre es muy sensible a las expectativas de sus padres y no quiere defraudarles. Tenedlo en cuenta.
Un saludo afectuoso
Helena Feenstra

Comparte este artículo si te ha gustado
Facebook
Twitter
Email
WhatsApp