UNA SIEMPRE CEDE A LA OTRA

Coks Feenstra · Psicóloga Infantil

14 de noviembre de 2018

UNA SIEMPRE CEDE A LA OTRA

Los padres de gemelos y mellizos a veces me consultan sobre cómo actuar cuando uno siempre se sale con lo suyo y el otro cede. ¿Conviene intervenir?

Esa situación también puede darse entre hermanos de distintas edades. Incluso a veces es el más pequeño que lleva la voz cantante. Por tanto, los consejos a continuación también sirven para estos casos.

UN TESTIMONIO PERSONAL

Paula me describe la situación con sus mellizas, 5 años:

«Laura es asertiva y bastante protestona. Cuando algo no le parece bien, nos lo hace saber. Su hermana melliza, Elisa, es tranquila y tímida. Entre ellas se está generando un patrón que me preocupa. Laura es la que impone su deseo y su hermana cede. El otro día Elisa estaba jugando con su muñeca que, por cierto, le gusta mucho a Laura. En este momento Laura le pide que se lo deje a ella y Elsa cede. No me parecía bien e intervine. Le dije a Laura que se buscara su propia muñeca. Se puso a llorar. Y Elisa me dijo: ‘Mama, no me importa, ya no me gustaba tanto jugar……..voy a pintar’. Elisa no aguanta el llanto de su hermana, le importa mucho que haya una buena sintonía entre ellas. Por esta razón siempre cede. Pero creo que es a costa suya. O ¿no? No es que la vea infeliz. Se puso a pintar un arco iris precioso. ¿Qué opinas?”

Aquí vemos lo siguiente:

Una es combativa, controladora y asertiva que necesita afianzarse a menudo. La otra es pacífica, tranquila, tímida y muy sensible que necesita un entorno armónico. La primera necesita marcar terreno y es más insegura; la otra es capaz de entretenerse bien ella sola a pesar de haber perdido una pertenencia suya (la muñeca), es más segura interiormente.

Son dos caracteres muy distintos. Entre ellas buscan una manera de convivir (como todos los hermanos) que sea más o menos equilibrada. Por tanto Elisa cede. Su dibujo refleja su carácter; el arco iris es el símbolo de paz y armonía por excelencia y su curva indica flexibilidad y adaptabilidad. Por tanto, era bueno que en este momento la madre no insistiera más, aunque claro, también hay límites. Lo veremos a continuación.

Los caracteres son innatos hasta un 50 a 60%. Durante nuestra vida no cambian drásticamente. Pero sí es cierto que la educación paterna influye en cómo se irán perfilando estos rasgos innatos. Si Laura siempre se sale con la suya, su carácter se irá fortaleciendo e irá a más. En el futuro siempre buscará personas (amigos, marido) que hagan lo que ella quiere. Con el tiempo es posible que se convierta en una persona complicada, incluso insoportable, que no aguante un ‘no’.

Si Elisa siempre cede, no aprenderá a defender lo suyo, ni a afrontar un desencuentro. Tampoco aprenderá que tras un enfrentamiento, habrá paz de nuevo. Esto le limitará en su desarrollo personal ya que no mostrará todo su potencial. A la larga esto puede hacerla infeliz. Así que para ambas niñas hay lecciones que aprender.

Le dije a la madre que interviniera cuando ella viera algo muy injusto y sobre todo a medida que las niñas fueran creciendo. ¡Los gemelos, mellizos y trillizos siempre se defienden entre ellos! Es una reacción natural e instintiva. Pero Laura debe vivir la frustración de que a veces no consiga lo que se propone y Elisa debe vivir la seguridad de que su territorio (habitación, ropa, juguetes) sea respetado. Así aprenderán ambas la toma y daca social. También lo aprenderán en los contactos con amigos. Para Laura es bueno jugar con niños más mayores (le enseñará a ceder), mientras Elisa jugar con niños más pequeños le enseñará a tomar el rol de la emprendedora. Si la situación perdurara, podría ser una buena idea colocarlas en clases distintas. Seguramente para Laura será difícil al principio, mientras Elisa no tendrá problemas.

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