Esta creencia está relacionada con las necesidades del niño, ya que la confianza en la existencia de un orden sobrenatural que lo vigila, le proporciona una sensación de seguridad y protección. Podemos decir que hacerle creer en Los Reyes es una de esas mentirillas que nos podemos permitir en la convivencia con ellos.
El niño pequeño que aún cree en los Reyes, vive todavía en un mundo de fantasía; aún no se pregunta cómo pueden ser posibles ciertas cosas, las acepta tal como vosotros se lo explicáis. Por ello vive la fiesta de los Reyes como algo real: cree que los Reyes le conocen a él y que van a traerle el regalo que les pidió en su carta. Estas creencias son buenas: cree en un poder sobrenatural que sabe que se comporta bien, lo cual le hace sentirse protegido. Sabe que tanto a vosotros como a los Reyes les gusta que él se comporte bien, lo cual a su vez es otro aliciente más para intentar ser ‘bueno’, aunque lógicamente hay que evitar inculcarle miedo. Por tanto utilizar a los Reyes (o papá Noel) como una amenaza, no es una buena idea (si no te comportas bien, no te traerán regalos). Ten en cuenta que todo hijo quiere que sus padres estén contentos de él y este deseo es el verdadero motivo por el que se esfuerza cumplir esta expectativa. Esto en sí ya es suficiente y no hace falta recurrir a una autoridad externa.
¿QUÉ HACER CUANDO LES TIENE MIEDO?
Hay niños que no se atreven a acercarse a Los Reyes ni mucho menos sentarse en sus regazos. Prefieren contemplarlos desde una distancia prudencial. A muchos padres esto les da pena e incluso les cuesta entenderlo. Desde su punto de vista Los Reyes, igual como Papá Noel representan el amor y la bondad hacia los niños. Pero para el niño no es así: él ve personajes que son muy distintos a lo que él conoce. Papá Noel tiene una barba impresionante y Los Reyes llevan trajes que impresionan. También puede asustarse de la tez oscura de Baltasar. Además, el niño cree que estas personas lo saben todo de él, cualquier conducta mala, cualquier trastada. ¿Cómo no va a sentirse atemorizado? Además, son personas que él ve solo una vez por año, así que todavía no le son familiares. Lo mejor es tranquilizarle y permitir que viva la fiesta a su manera, quiere decir: contemplándoles desde la distancia. Al año siguiente la curiosidad lo ganará del miedo y se acercará mucho más. O quizás ya se deje fotografiar con ellos.
¿A QUÉ EDAD DEJARÁ DE CREER?
A los cuatro años aún cree con plena convicción en los Reyes, pero entre los 5 y 6 años se va desarrollando en él el sentido de la realidad. Y a los 7 años, por lo general, el niño ya sabe distinguir entre realidad y fantasía. Por ello sus creencias en los Reyes van cambiando con el transcurso del tiempo. Poco a poco se va haciendo ciertas preguntas, como ‘¿Cómo es posible que Los Reyes salgan en la tele, mientras estaban en mi colegio?, etc. También capta comentarios de sus amigos que dicen que los Reyes son los papás vestidos con ropa especial. Así es que empieza a hacerte preguntas.
¿CUÁNDO CONVIENE DESVELARLE EL SECRETO?
Los niños descubren normalmente la mentirilla por sí solos, porque empiezan a preguntarse ciertos aspectos y a descubrir las incongruencias. Cuando tu hijo ya ha llegado a este punto y cuando tiene más dudas que seguridades, es la hora de confirmarlo lo que ya piensa. Afirmarlo lo que ya piensa, le ayuda en el proceso del pensamiento lógico e incluso sería contraproducente intentar aplazar este momento. Así que dile algo como ‘Sí, hijo, tienes razón. Los Reyes no existen, somos nosotros los que te damos los regalos’. Es bueno que le cuentes el origen de esta celebración. Cuéntale que hace muchos años, cuando nació el Niño Jesús, los Reyes del Este se alegraron mucho e hicieron un largo viaje para hacerle regalos. Estos Reyes querían mucho a los niños y desde ahí surgió la fiesta de Los Reyes.
No obstante, si tu hijo solo tiene pequeñas dudas y aún es pequeño (entre 4 y 5 años), es mejor mantener todavía viva la ilusión y darle una explicación aceptable. Por ejemplo si te pregunta cómo es posible que Los Reyes estén en todos los sitios a la vez, puedes decirle que tiene muchos ayudantes. Es bonito que siga creyendo cuando la mayoría de sus compañeros de clase todavía creen.
De todos modos, el descubrimiento de que los Reyes no existen de verdad, es en muchos niños un proceso lento que va por fases: por ejemplo ya entiende el concepto de los ayudantes de Los Reyes, pero sigue creyendo en los ‘verdaderos’. O, ya sabe que no existen, pero sigue poniéndoles agua y comida ‘por si vinieran a mi casa’.
En general a los 8 años los niños ya han descubierto la verdad. A algunos les causa un profundo impacto (¡me mentiste mamá!), pero la mayoría lo acepta de buen grado. Además, les gusta esa idea de ser ahora ya ‘mayores’ que junto a los adultos deben guardar este secreto para los niños más pequeños.
———————