¿POR QUÉ SUFRE EL NIÑO RETROCESOS EN SU DESARROLLO?

Coks Feenstra · Psicóloga Infantil

6 de noviembre de 2008

¿POR QUÉ SUFRE EL NIÑO RETROCESOS EN SU DESARROLLO?

Todos los niños pasan por periodos en los que vuelven a mostrar conductas que ya tenían superadas: piden otra vez el chupete, lloran cuando nos alejamos de ellos, no quieren dormir solos, etc. Retroceder en el desarrollo es un fenómeno normal en la vida del niño.

El desarrollo del niño no es un proceso rectilíneo; a veces nos sorprende por sus nuevas habilidades, otras veces da la sensación de que no avance en su desarrollo y también es posible que retroceda a una fase anterior. Carlos, de 2 años, desde que tiene un hermanito, no quiere más que estar en brazos de su mamá y ser mecido como un bebé. Susana, de 3 años, vuelve a hacerse pis por las noches desde que empezó el colegio. Y Tomás, de 3 años y medio, después de estar ingresado en el hospital, no concilia el sueño si no está su madre con él, tal como lo necesitaba de más pequeño.

Todos estos retrocesos son normales en la vida del niño: con ello expresa que de pronto no puede hacer frente a las exigencias de la vida cotidiana. Por ello vuelve a un ‘lugar seguro’ donde anteriormente se había sentido protegido y a salvo. Carlos se siente amenazado por la llegada del hermanito y vuelve al estadio de bebé, cuando le satisfacían todas sus necesidades. Susana siente la presión del colegio, duerme intranquila y no puede hacerse cargo de no mojarse por las noches. Tomás tiene que asimilar la experiencia del hospital y necesita a su madre para no sentirse solo. Con estas conductas el niño marca una pausa en su desarrollo. No es preocupante. Al satisfacer esas necesidades de tu hijo, pronto volverá al estadio de desarrollo correspondiente, incluso a veces con renovadas energías. Un retroceso en la conducta siempre es temporal. Suelen darse cuando ocurren grandes eventos en su vida, como la entrada en el colegio, la separación de sus padres, un traslado, una enfermedad, pero también cuando el niño está muy cansado o malito. A causa del cansancio todos los niños tienen ocasionalmente arrebatos de comportamiento más infantil, se muestran tercos, desafiantes, no atienden a la razón o lloran por todo.

Miremos ahora los retrocesos según la fase en la que se encuentra el niño.

0-18 MESES

Es la fase del mayor crecimiento, tanto físico como mental. De un bebé indefenso se convierte en toda una personita que se desplaza solo, que pronuncia unas palabras y que sabe indicar lo que quiere. Todos estos logros suponen un esfuerzo costoso y es normal que durante él se den ciertos retrocesos en cuanto a las comidas, el sueño, habilidades psicomotoras y costumbres. Por ejemplo Adrián de 15 meses ya tomaba papillas con cuchara cuando de repente solo las quería tomar con biberón. Rechazó por algún motivo desconocido por completo la cuchara. Su madre respetó esta preferencia y optó por un biberón con una tetina grande. Pasadas unas semanas introdujo de nuevo la cuchara y ante su sorpresa, su hijo la aceptó sin problemas. A Ana, 13 meses, le pasó algo parecido: la niña estando con su madre a solas una tarde lluviosa empezó a andar desde el salón a la cocina. Lo hizo una y otra vez. La madre estuvo maravillada y con ganas de que lo viera el papá. Pero la niña no volvió a andar durante tres semanas. Gateaba la mar de feliz por la casa sin ánimos de ponerse de pie ni siquiera. Por las noches dormía intranquila. Seguramente estaba preparándose física y mentalmente para dar el paso. Y un día de repente se soltó de nuevo y ya no había quien la detuviera. Caminaba sin parar. Seguramente la primera vez le supuso un gran esfuerzo para el que la niña no se sintió todavía preparada. Volvió a un estadio anterior, el gateo sin ponerse de pie, algo que ya dominaba completamente.

Los retrocesos son un paso inteligente del niño: tal como no se puede construir un edificio estable sobre cimientos mal colocados, el niño no puede caminar ni mostrar cualquier habilidad si no se siente físicamente o psíquicamente lo bastante maduro para ello.

18 MESES A 3 AÑOS

El niño ya anda, va a la guardería, se duerme sin grandes problemas y está aprendiendo a controlar los esfínteres. Ya dejó atrás la fase del bebé. No obstante, es probable que recaiga a veces en conductas típicas de un bebé. Esto es bastante frecuente cuando nace un nuevo hermanito (o cuando se da cualquier gran cambio en su vida). Es una experiencia difícil para él: siente celos, tiene miedo que le quieras menos, etc. De repente te reclama más, ya no le gusta la guardería, no quiere dormir en su cama, si no en la cuna del bebé o con los papás, etc. Algunos niños ya estaban aprendiendo a utilizar el orinal y de repente todo va mal. Es importante averiguar la causa del retroceso. Así será más fácil sobrellevar la situación, porque así sabrás por ejemplo que tiene que ver con el bebé, con la separación, etc. Y a continuación, la mejor forma para salir del bache, es hacer caso a sus necesidades y evitar ser muy estricta (o). Si quiere que le trates como un bebé, por celos al hermanito, hazlo en la medida de lo posible: mécele como un pequeñín, dale el biberón etc. Así tu hijo nota que estás de su lado y que quieres darle lo mismo que al hermanito. Pronto se cansará, ya que en el fondo esta etapa ya no le interesa demasiado. Además, se dará cuenta de que ser el ‘mayor’ también tiene sus ventajas. Involúcrale en los cuidados al bebé y procura tener tiempo para estar con él a solas. O, si de repente ya no quiere utilizar la cuchara, pero solo sus manos, permíteselo y ofrécele alguna vez la cuchara. Y si el asunto del orinal es un desastre, vuelve a ponerle el pañal por unas semanas. Luego, empieza de nuevo con el aprendizaje, tal como ya lo hiciste antes. Ahora el proceso irá más deprisa. O, en cuanto al sueño, quédate con él hasta que se duerma o permítele que por un tiempo comparta vuestra habitación. Recuerda que los retrocesos son temporales. ¡Todo niño tiene un afán innato para crecer y madurar! En cuanto el motivo del retroceso deja de ser preponderante, tu hijo volverá a su conducta normal.

3 A 5 AÑOS

Ahora empieza la fase del colegio: las separaciones de mamá, la obediencia a las normas del colegio, el buscarse un sitio entre un grupo de niños, saber defender lo suyo, etc. El retroceso más común durante esta fase son los problemas a la hora de dormir: el niño inventa mil y una excusas para aplazar el momento de irse a la cama o se levanta a mitad noche en busca de la cama paterna. Indica que le cuesta la separación de sus padres durante el día.

¿Qué puedes hacer? Mantén su horario de siempre, no es bueno satisfacer sus deseos (un cuento más, mamá, tengo pipi otra vez’) que solo sirven para aplazar el momento de dormirse y separarse de ti. Además hacen que sus horas de sueño se reduzcan. Así que acuéstalo con un alegre ‘hasta mañana’ a la hora de siempre. Pero procura que después de la jornada escolar tenga la oportunidad de estar contigo. No llenes todos sus días con actividades extraescolares. El niño a estas edades necesita el tiempo en casa para asimilar sus experiencias del día, para jugar de forma libre (el juego le relaja y le ayuda en su crecimiento mental) y para poder contarte sus ‘cosas’. A medida que vaya teniendo más confianza en su nuevo hogar (el colegio) y se vaya sintiendo más a gusto, los problemas disminuirán. Poco a poco su mundo fuera del núcleo familiar va cobrando importancia, como quedarse con sus amigos, jugar a fútbol, etc.

Algunos niños vuelven a tener problemas con el control de los esfínteres y se mojan otra vez en la cama. Si éste es tu caso, no le critiques por ello: el niño está estresado y no lo puede evitar. En cuanto se siente más seguro en la clase, el problema desaparece. Otros niños tienen ‘accidentes’ en el colegio. No se atreven a pedir permiso para ir al lavabo o simplemente se olvidan de sus necesidades. Pide a su maestra que le ayude a recordarlo.

SI EL RETROCESO PERDURA

Normalmente los retrocesos no tardan en desaparecer. Suelen durar de unas semanas hasta unos meses. Si el retroceso perdura varios meses, el niño muestra conductas inmaduras continuamente o si abandona habilidades como hablar, gatear o andar, hay que consultar a un psicólogo. En este caso el retroceso deja de ser normal y hay problemas que hay que tratar.

LAS REACCIONES DE LOS PADRES

¿Te molesta la conducta inmadura e irrazonable de tu hijo? Si éste es el caso, intenta averiguar las causas:

• Eres una persona muy competitiva y el retroceso de tu hijo te hace pensar en un desarrollo retrasado.

• Te sientes muy responsable del bienestar de tu hijo y temes que su conducta sea una consecuencia de tu manera de educarlo.

• Te falta confianza y tienes miedo de que tu hijo no supere estos problemas

• Sientes vergüenza por su conducta ya que otras personas pueden dudar de tus capacidades como madre o de la madurez de tu hijo.

RECUERDA: los retrocesos son normales, no son señales de un desarrollo anormal ni significan que estés actuando mal.

Comparte este artículo si te ha gustado
Facebook
Twitter
Email
WhatsApp