¿POR QUÉ LE CUESTA TANTO DEFECAR EN EL ORINAL?

Coks Feenstra · Psicóloga Infantil

3 de marzo de 2008

¿POR QUÉ LE CUESTA TANTO DEFECAR EN EL ORINAL?

Alrededor del segundo cumpleaños muchos niños aprenden a utilizar el orinal. Pero algunos, sobre todo varones, tienen problemas con la defecación. ¿Qué hay detrás de este problema?

Nos lo cuenta Amparo, madre de Arturo (tres años): ‘Mi hijo aprendió rápidamente a hacer pipi en el orinal. Pero cuando tenía que hacer caca, se levantaba del orinal, se escondía en un rincón y se lo hacía encima. No había manera de hacerle sentar, así que decidí ponerle el pañal para estos momentos’.

Este problema es bastante frecuente entre los varones y menos en las niñas. No sabemos por que razón exactamente es más frecuente en ellos, pero sí es cierto que ellas aprenden el control de los esfínteres antes y con mayor facilidad. ¿A qué se debe? Detrás de esta conducta se halla un miedo: el niño no se atreve a evacuar, porque lo siente como una ‘descomposición de su cuerpo’, como si perdiera algo. Este ‘algo’ es para él una parte del cuerpo y no entiende que debe soltarla. Prefiere hacérselo encima o en el pañal, porque así apenas nota la ‘separación’ y, esquiva el orinal y el váter. Como se trata de un miedo, no hay que castigarle ni reñirle; sólo agravaría la situación. Las siguientes pautas te servirán:

 Lee con él algunos libros sobre este tema, por ejemplo ‘Y, ¿después de los pañales?’ de Timun Mas, ‘Fuera el pañal’ de Corimbo o ‘Mamá, tengo pipi’ de Elfos. Mediante el texto entenderá las funciones corporales y el hecho de que deba echar una parte de lo que come, porque así libera tóxicos.

 Ponerle un pañal para los momentos críticos es una buena solución temporal. También evitas que el niño llegue a estar estreñido. Pónselo cada vez un poquito más bajo, para que aprenda paulatinamente el proceso de ‘soltar’. Además, finalmente no habrá apenas diferencia entre recurrir al pañal o hacerlo en el orinal. Si notas que ya no le asusta, sugiérele a utilizar el orinal. Si tu hijo tiene un sentido acusado de vergüenza, coloca el orinal en un rincón o detrás del sofá para que no se sienta observado. Para algunos niños esto les viene bien.

 Bríndale oportunidades para jugar con plastilina, barro, arena y pintura de dedo. Manosear estos materiales y embadurnarse con ellos le sirve para elaborar ciertas fantasías y miedos. Las bolitas de barro representan para él sus defecaciones y jugando con ellas se prepara para la verdadera situación. También jugar con una muñeca, que sepa hacer pipi, ayuda a elaborar ciertos problemas con el aprendizaje. El niño o la niña transmite a su muñeca su tensión mientras le ‘enseña’ a hacer sus necesidades en el orinal de juguete.

 Celebra cada éxito, diciéndole lo contenta que estás. Esto le estimula para seguir intentándolo, porque el niño aprende a utilizar el orinal en parte por ti (ve lo mucho que te importa) y en otra porque le gusta sentirse autónomo. No menciones los fracasos. Cuanto menos presión hay, más fácil y agradable resulta el aprendizaje.

LA SITUACIÓN SE COMPLICA

A veces el niño ya hacía bien sus necesidades, pero de repente deja de hacerlo y se lo hace encima. Esto le pasó a Juan (3 años) después de una gastroenteritis y una defecación dolorosa. Evitaba sentarse para defecar por el mal recuerdo y ensuciaba sus pantalones, tras lo cual siempre lloraba por sentirse incómodo. Se trata aquí de un retroceso en su desarrollo; el niño pierde una habilidad que ya tenía dominada. En este caso lo más conveniente es volver a ponerle el pañal y tener paciencia. El mal recuerdo se le borrará con el tiempo y entonces volverá a utilizar el orinal sin problemas.

También puede darse el caso de que el niño vaya muy estreñido, porque intenta no hacer sus necesidades. Ahora el problema es más grave, porque el colon se distiende y pierde su tono muscular. Puede dar lugar a pequeñas manchas a lo largo del día. Se crea un círculo vicioso: el niño intenta no defecar, sufre estreñimiento y la función se le hace cada vez más dolorosa, por lo que se esfuerza aún más en controlarse. En este caso es primordial acudir a tu pediatra. Este prescribirá una dieta adecuada y un tratamiento con laxantes. El consejo en cuanto a los momentos críticos es el mismo: ponerle el pañal. Esto tiene un significado psicológico para el niño: le permite –a nivel inconsciente- dar un paso atrás (ser como un bebé), por lo que pierde la tensión. El músculo se relaja y todo vuelve a su cauce. Hay que darle tiempo. Todo niño llega algún día al punto de estar preparado para dar el paso al orinal.

UN PEQUEÑO EMPUJÓN

Algunos niños tardan en llegar a este punto. Se han encariñado con su pañal y demoran en dejarlo detrás. Es una situación parecida al niño al que le cuesta dejar su pulgar. Si notas que éste es tu caso, conviene que le animes a soltar su hábito. Por ejemplo compra por sólo una vez más pañales y dile que van a ser ¡los últimos! Procura estar decidida y poner toda tu alma en el asunto. Anúncialo como un hito glorioso en su vida. Incluso puedes preparar una pequeña merienda especial para este día. Es posible que no le salga bien de inmediato (no se sienta en el orinal, sino lo hace de nuevo en algún rincón a escondidas). No desistas y elógiale por haberse sentado unos momentos en el orinal. Dale un juguete para que esté entretenido y aléjate del lugar, dándole a entender que tienes plena confianza en él. Es muy probable que ya pronto deposite sus necesidades en el orinal, como si la cosa no fuera con él. Algunos niños necesitan este pequeño empujón.

EL MOMENTO IDÓNEO PARA EMPEZAR

Más que la edad es la madurez física y emocional del niño la que cuenta. Si las siguientes condiciones están presentes, puedes empezar con el aprendizaje del orinal:

 Te indica cuándo su pañal está mojado o el momento en el que lo está ensuciando

 Le interesa lo que le está ocurriendo en estos momentos

 Te sigue al váter para ver qué haces; se muestra interesado en el tema

 Conoce las partes de su cuerpo

 Sabe decir palabras como mojado, pipi, pañal, ahora no, etc.

 Está en la fase en la que le gusta hacer cosas de forma autónoma

t

NO HAY QUE EMPEZAR

 Porque te venga bien a ti

 con un plan preparado, por ejemplo: ‘en tantos días debe aprenderlo’. Esto crea tensión en ti y por lo tanto en él.

 Cuando esté en plena fase del ‘no’. Como dice ‘no’ a todo y no colaborará de buen grado.

 Cuando haya muchos cambios en su vida, como un traslado, un nuevo bebé, etc.

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