“Mis gemelas, idénticas de 8 años, son muy sociables y tienen muchos amigos en clase. Pero el otro día salían un poco tristes del cole. Me dijeron que a veces, sin querer, son muy insistentes y deciden por los demás. ‘Parece que nos tienen miedo’, dijo una. Y ‘a ver si ahora ya no nos quieren’, dijo la otra. Me quedé pensando. ¿Qué es lo que les pasa? ¿Tiene que ver con el hecho de ser gemelas? Yo las veo muy buenas y simpáticas. ¿Cómo les puedo ayudar?
Efectivamente, este comportamiento tiene que ver con la gemelaridad. Juntas se sienten fuertes porque tienen el apoyo la una de la otra. Entonces, cuando hay que tomar una decisión, por ejemplo a qué jugar, ellas dos fácilmente arrollan a los demás. No es su intención, pero ocurre. Es la influencia de una unidad (un dúo) contra personas individuales. O, en otras palabras, el impacto de la energía gemelar.
Este proceso se describe muy bien en el libro ‘Dancing naked in front of the fridge’, escrito por Nancy y Janna Sipes (traducido: Bailando desnuda en frente de la nevera’). El título es una metáfora de la vida de un gemelo, como una danza continua delante de un espejo – el hermano gemelo- donde se ve a sí mismo. Las autoras, gemelas idénticas, cuentan cómo ellas mismas se dieron cuenta de la influencia que tenía su relación gemelar en sus amigas. Percibían que ellas muchas veces tenían la voz cantante y que eran muy arrolladoras. Después de los encuentros con su grupo de amigos se arrepentían de su propia conducta y entendían que tenían que disminuir su doble energía. No era nada fácil, siendo dos personas muy entusiastas y extrovertidas, pero sus amigos les ayudaron en ello, explicándoles cuál era el efecto de su comportamiento.
Es curioso que unas niñas, de tan solo 8 años, ya llegan a la misma conclusión y ya sean capaces de reflexionar sobre su conducta. Normalmente la auto-reflexión y la auto-crítica vienen más tarde, en torno a los 10 años.
Es bueno explicarles qué es lo que ocurre y por qué. Su conducta tiene su lógica, pero es bueno que se den cuenta. Y si ocurre, mientras los papás están presentes, se puede darles un toque de atención, como por ejemplo una miradita o un comentario susurrado: ‘Os acordáis? Es importante que los demás también puedan decidir y decir lo que quieran, ¿verdad?
Así de pequeñas aprenderán ya una lección que las gemelas Sipes hasta la edad adulta no entendieron.