LA CONDUCTA INTRANQUILA DE LOS GEMELOS ¿ES UN MOTIVO JUSTIFICADO PARA SEPARARLES?

Coks Feenstra · Psicóloga Infantil

21 de julio de 2022

LA CONDUCTA INTRANQUILA DE LOS GEMELOS ¿ES UN MOTIVO JUSTIFICADO PARA SEPARARLES?

Muchas veces nombramos las conductas (hiper)activas y la intranquilidad motora de los gemelos como motivo para separarles de clase

Pero ¿es siempre una causa justificada? ¿Qué nos dicen los estudios al respecto?

Carlos y Juan, 3 años, gemelos monozigóticos, están juntos en el aula. El profesor piensa en separarles porque los niños no se concentran en las tareas. Están demasiado pendientes el uno del otro. Cuando el profe les pone juntos, se revolucionan; cuando les separa, solo están pendientes de lo que hace el otro. En la asamblea matinal están separados, pero en la mayoría de los días terminan jugando en el suelo.
Para el profesor la situación es complicada. No obstante, los niños van muy contentos al cole.

Me acerco un día al centro para hablar con el profesor (y el director). Les explico los posibles motivos que subyacen a estas conductas: los niños nacieron prematuros, en la semana 30, con un peso bajo. Esto implica que su desarrollo neurológico esté retrasado en comparación con el de sus compañeros de clase; su madurez cerebral es distinta. Esto explica su falta de atención e intranquilidad. También influye que los niños se refuercen mutuamente, el así llamado síndrome de intensificación gemelar (SIG). No obstante, separarles a esta corta edad llevaría a otros problemas como tristeza, falta de placer en el cole y -muy importante- ¡no conduciría a una disminución de su intranquilidad motora! Habrá que buscar soluciones por otras vías.

Le doy al profesor algunas sugerencias: sentarles juntos en la asamblea matinal, cada uno con un pop-it en las manos (es un objeto pequeño de plástico que ayuda a liberar tensiones); colocarles en mesas separadas en los momentos que toca hacer una tarea, pero de tal modo que se puedan ver y explicándoles que al rato volverán a estar juntos, en los momentos del juego libre (como su sentido de tiempo aún es limitado, esta promesa les reconforta); interferir en los momentos en que vuelven a estar intranquilos, dándoles a cada uno una actividad tranquila. Y finalmente: aceptar que jueguen mucho tiempo juntos, ya que en los gemelos monozigóticos es un fenómeno normal, siendo el uno para el otro su mejor amigo. Con el tiempo compartirán amigos y más adelante harán amigos individuales (en torno a los 7 años).

Al cabo de 2 meses el profesor me manda una descripción de la evolución de Carlos y Juan:
•tEl estar juntos en la asamblea, con el pop-it como método de relajación, ha funcionado bien. El nivel de concentración e implicación en la actividad ha mejorado mucho.
•tLas tareas las hacen mejor, ahora que pueden verse y saben que estarán juntos después.
•tComparten ya un amigo, aunque el tiempo que juegan juntos, aún es mayor al que pasan con otro niño.
•tEl tiempo de jugar juntos de modo tranquilo ahora dura unos 15 minutos (más que antes). Después, muchas veces es necesario interferir y darle a cada uno una actividad diferente. En la mayoría de los casos esto funciona. Les damos, por turnos, tareas especiales, como ser los encargados de repartir folios, recogerlos, regar las plantas con tal de que puedan moverse.

Concluyendo: entender el porqué de la intranquilidad de estos gemelos ayudó a llevar mejor la situación, junto con las sugerencias sobre cómo lidiar con estos comportamientos. Esto evitó una separación de clase.
El abajo citado estudio demostró que los gemelos con conductas como las de Carlos y Juan, al separarles de clase, seguramente mostrarían una intranquilidad aún mayor. En esta investigación se separó a un grupo de gemelos monozigóticos, con estos comportamientos y a otro grupo con las mismas dificultades de conducta, les dejaron juntos. Tenían 4 años. ¿Cuál fue el resultado? Se les observó de nuevo con 7 años y resultó que el comportamiento del grupo separado empeoró. También en casa los problemas aumentaron. La separación no tuvo el efecto deseado, al contrario. Los gemelos del otro grupo estaban mejor adaptados.
El estar juntos les beneficia a nivel emocional en los primeros años de la escolaridad. Esto es un dato importante a tener en cuenta. A mayor edad, esta necesidad emocional va disminuyendo y, por tanto, una separación de clase puede ser positiva, pero no suele serlo a edades muy tempranas, como en el caso de Carlos y Juan.

Coks Feenstra
Fuente:
DiLalla, Lisabeth F., Mullineaux, P.Y., ‘The effect of classroom environment on problem behaviors: a twin study’, Journal of School Psychology, 2007

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