1 de enero de 2012

Buenas noches. Mi hija de dos años y siete meses no se adapta al colegio. LLeva tres meses llorando a la entrada del colegio y vomitando. También vomita en el comedor y la profesora dice que es intencionado. Cuando yo le pregunto, dice que vomita porque está enfadada porque no estoy. No disfruta en clase ni participa apenas. Sin embargo, en casa es una niña alegre, lista y muy habladora. Su carácter es tímido y es muy observadora. Habla como una persona mayor y la profesora dice que razona igual. La profesora dice que tiene dependencia mía, pero yo no sé cómo hacer para ayudarla a ser más independiente. Si la dejo con los abuelos llora diez minutos y luego se la pasa. En el parque tampoco se relaciona mucho con los niños, pero algo sí. Con su prima de su misma edad muy bien habla y juega , y con otro amigo. Muchas gracias de antemano por su consejo.

Hola Ana:
Es curioso que tu hija sepa explicarte el motivo de su malestar en el colegio. Pocos niños de su edad lo sabrán explicar tan bien como ella. Esto nos demuestra que es una niña inteligente e incluso a nivel intelectual algo precoz para su edad. No obstante, a nivel emocional es un poco inmadura. Le cuesta la adaptación a un lugar donde hay muchas personas (adultos y niños). Hay una discrepancia entre su nivel intelectual y emocional. Seguramente la maestra piensa que la niña lo hace con intención, ya que la ve tan mayor. Pero no es cierto: la niña realmente se siente mal, tiene miedo y no está a gusto. Su cuerpo lo expresa (llantos y vómitos). Ningún niño simula estos problemas psicosomáticos, porque quiere. El hecho de que no disfrute de ninguna actividad también lo demuestra. Su falta de confianza en este lugar hace que no sea capaz de disfrutar. Ella necesita mucho apoyo, tanto de sus profesoras como de ti y el papá. Explica al colegio que la niña realmente es muy tímida y pídales que lo tengan en cuenta. Prestándole atención especial y sentándole con un compañero de clase que sea simpático y abierto, la situación puede mejorar. Otra idea es invitar con cierta frecuencia a un amigo del colegio a casa para que la niña tenga un punto de apoyo. Y otra idea: tú misma puedes darle algo tuyo, antes de entrar, como un pañuelo, una pulsera que ella guarde hasta que vuelva a estar contigo. Este objeto es el puente entre casa y colegio. Muéstrale a tu hija tu comprensión en estos momentos difíciles y transmítele qué es lo que le pasa (‘tienes miedo, lo entiendo’.). Darle un nombre a sus emociones también le ayudará. De este modo tú eres su gran aliada y su apoyo.
Puede que estos trucos no ayuden. Hay otra opción más drástica que no descartaría: permitirle que de momento no vaya al colegio (a fin y a cabo no es obligatorio) y que se quede en casa con una canguro. No todos los niños se desarrollan al mismo tiempo ni en el mismo ritmo. Esto le daría tiempo a madurar y en algunos meses la entrada en el colegio dejaría de suponerle un trauma. Esto es lo que la niña en el fondo necesita: un poco más de tiempo.
Pero, reitero: con una buena ayuda de su maestra (comprensiva, cariñosa y sin criticarla) también es posible que los llantos dejan de ser algo diario. Y es muy importante que así sea.
Un saludo afectuoso
Coks Feenstra

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