EL NIÑO HIPERACTIVO

Coks Feenstra · Psicóloga Infantil

25 de noviembre de 2013

EL NIÑO HIPERACTIVO

Aproximadamente un 4% de los niños menores de 12 años sufren el síndrome de falta de déficit con (o sin) hiperactividad (TDHA). Afecta de 3 a 6 veces más a los niños que a las niñas.

Hoy en día oímos hablar mucho sobre la hiperactividad. A algunas personas se les antoja como una enfermedad de moda, según los cuales la intranquilidad del niño pequeño que hasta ahora se consideraba normal, hoy día se etiqueta como hiperactividad. Pero los psicólogos alertan que la hiperactividad es un trastorno real cuya base está relacionada con un problema en el funcionamiento cerebral.

LAS CAUSAS

El TDAH está causado por una disfunción cerebral; para ser más exacto, un mal funcionamiento de las neuronas de la corteza cerebral, precisamente la zona encargada de la atención y concentración. Esto causa una alteración de determinados neurotransmisores lo cual a su vez afecta a la función del auto-control.

Por tanto es un trastorno neurobiológico. Hay tres síntomas claves:

1.El déficit de atención

2.La impulsividad

3.La hiperactividad

También puede darse el déficit de atención sin la hiperactividad. En este caso hablamos de TDA.

Tanto en el TDAH como en el TDA influyen los genes hasta un 75%. Si uno de los padres lo sufre, el niño tiene un riesgo alto de sufrirlo también. Pero en el restante 25% de los casos el trastorno se debe a los siguientes factores:

• El consumo del alcohol o de tabaco durante el embarazo. También otras drogas o medicamentos influyen negativamente en la formación cerebral.

• Un parto prematuro por lo que la madurez cerebral no estaba finalizada.

• Un estado de estrés continuado durante el embarazo por lo que las hormonas del estrés materno traspasan la placenta e interfieren en el crecimiento cerebral del bebé.

¿CÓMO DIAGNOSTICARLO EN LA PRIMERA INFANCIA?

El niño hiperactivo se mueve constantemente y muestra una energía interminable; llora mucho de bebé y es fácilmente irritable.

Puede manifestarse pronto después del nacimiento, pero también a veces se nota cuando el niño empieza a andar y a hablar. Otras veces no sale a la luz hasta que el niño va a la guardería o la escuela infantil, ya que es el niño que revoluciona la clase y es incapaz de sentarse para hacer una tarea.

Veamos primero todos sus síntomas en las diversas etapas:

0 – 1 AÑO:

• Es muy inquieto, incluso cuando está acostado en su cuna. Hasta llega a desplazar su cuna por sus movimientos.

• Llora mucho y es difícil de consolar. Solo se tranquiliza en los brazos de sus papás al ser mecido.

• Tiene dificultad para chupar. Le cuesta agarrar bien la aréola (o la tetina) y tarda en terminar la toma (o biberón). Se distrae con cualquier actividad a su alrededor.

• Se asusta de ruidos y/o la luz. Todos los bebés recién nacidos muestran estas reacciones, pero se acostumbran a ello. No así el niño con TDAH.

• Tiene un sueño irregular y poco profundo. Se despierta muchas veces, llorando o con gritos, por cualquier ruido o estímulo.

• Se muestra reacio a las caricias y se resiste a estar en el regazo.

1-2 AÑOS:

• Muestra una gran intranquilidad motora. Cuando empieza a gatear o andar, nada está a salvo. Muestra una energía interminable. Hay que tener mil ojos para estar seguro de que no le pase nada.

• No sabe entretenerse bien. Sus actividades parecen carecer de fin. Más que jugar, destroza los juguetes. Otros estímulos le llaman continuamente la atención.

• Se resiste a cambios bruscos, como una visita inesperada o un nuevo mueble. Prefiere el ritmo de siempre sin sobresaltos. Se excita por cualquier mínimo motivo.

• Tiene muchas rabietas y una conducta agresiva. Es difícil establecer un contacto con él, evita el contacto cercano y no mira a los ojos.

• Sufre retrasos en el habla.

• Es torpe en sus movimientos. Algunos niños tienen un desarrollo motor precoz, como gatear y andar en momentos tempranos de su desarrollo.

2-4 AÑOS:

• Muestra dificultad para prestar atención. No puede estar sentado por mucho tiempo. Su conducta impulsiva le hace difícil terminar los trabajos propios de su edad.

• Es difícil en el contacto con otros niños. Suele pasar de ellos y reclama la atención del grupo.

• Muestra falta de coordinación muscular. Sus movimientos no son fluidos, sino bruscos y poco armónicos. Tiene dificultad en manejar piezas pequeñas. La motricidad fina (cortar, manipular objetos) va retrasada.

• Es propenso a las caídas y los accidentes. No percibe los peligros, ni en los juegos ni en la calle. Se lanza literalmente a las aventuras.

Suelen darse los siguientes problemas en el seno familiar:

• El niño cambia rápidamente de humor: de momento está alegre, pero de repente, sin razón aparente, está enfadado.

• No se relaciona bien con los hermanos. Su manera de ser da lugar a peleas y riñas.

• Dentro y fuera de casa hay que estar muy pendiente de él, ya que no ve peligros ni aprende de accidentes o caídas.

• Los padres perciben que no llegan a él con sus mensajes y correcciones. El niño necesita otro tipo de ‘disciplina’.

Y estos problemas en el contacto con otros niños:

• Reacciona de modo desproporcionado cuando le dicen o hacen algo. Está constantemente a la defensa e intenciones buenas de otros fácilmente las interpreta mal.

• Puede llegar a ser muy insultante hacia los demás. Lo hace muy a su pesar. En su interior se esconde un niño sensible y cariñoso.

¿CÓMO DISTINGUIR ENTRE UN NIÑO NERVIOSO Y OTRO HIPERACTIVO?

3 a 6 años

ES HIPERACTIVO CUANDO:

• Se mueve constantemente, salta, se revuelca por el suelo, no se sienta nunca o pocas veces.

• No es capaz de concentrarse en ninguna tarea, menos en ver los dibujos.

• Le cuesta relacionarse con los demás y tiene dificultades para vincularse también a objetos

• Reacciona exageradamente. Llora, se irrita y coge rabietas fácilmente.

• Es impulsivo y hace las cosas sin pensar.

• Cambia de noche al día. Un día realiza una actividad y al día siguiente le cuesta. Tiene problemas de coordinación.

ES INQUIETO CUANDO:

• Es muy activo pero se sienta a veces y es capaz de realizar actividades sedentarias.

•Si algo atrae su atención, es capaz de estar concentrado.

• Es capaz de establecer comunicación visual con otras personas, mirándoles a los ojos.

• Duerme bien y no llora sin motivo.

• Sabe organizarse más o menos.

• Aunque sea lentamente y sin grandes saltos, sus aprendizajes siguen una progresión.

TEST PARA DESCUBRIR SI TU HIJO ES HIPERACTIVO O NO

6 A 10 AÑOS

• Es inquieto, no para de moverse.

• Es excitable, impulsivo.

• Molesta a los otros niños.

• Tiene dificultad para acabar lo que empieza y le cuesta concentrarse.

• Se pone fácilmente nervioso.

• Se distrae fácilmente.

• No tolera la espera, busca la satisfacción inmediata, abandona.

• Grita con frecuencia.

• Tiene cambios de humor rápidos y frecuentes.

• Tiene estallidos de cólera y su conducta es explosiva e imprevisible.

Indica de cada descripción si el niño lo tiene en un modo de: nada, poco, bastante o mucho. Y suma estos resultados.

Valoración: Nada= 0, Poco= 1, Bastante= 2, Mucho= 3

Una puntuación de 17 para los niños y de 13 para las niñas hace sospechar la existencia de una posible hiperactividad.

Testimonio de una madre

Mi hijo Alejandro, de 12 años, siempre fue un niño muy intranquilo y movido. Cuando tenía 5 años, acudí a una psicóloga infantil para averiguar si su comportamiento era normal. Pero como todos los niños pequeños son movidos, tampoco me podían esclarecer si se comportaba normal o no. Cuando empezaron los problemas en el colegio y las constantes quejas de su profesora, ya pensé que esto no era normal. Siempre se enzarzaba en peleas, contestaba mal a los que, según él, se metían con él, utilizaba palabras insultantes…..Me quedé asombrada de lo que me contaba su profesora. Parecía un niño maleducado. Además mostraba comportamientos que en casa no presencia nunca. Busqué en Internet y encontré una Asociación en Valencia. Allí le diagnosticaron. Hay tres tests que deben rellenar tanto los padres, el colegio y el niño. Y los resultados en los tres coincidían. No había duda: Alejandro tiene el síndrome de déficit de atención con hiperactividad. De niño tuvo muchos accidentes y caídas. Además ocurrían cosas tremendas. Tenía una obsesión por las cerillas y me lo encontré un día con el mechero quemando papelitos debajo de la cama. Se quemó una vez la mano y en vez de que le servía como aviso, seguía obsesionado con el fuego. He pasado mucho miedo, hasta que a mayor edad le pasó la atracción.

Hacerle el diagnóstico fue un acierto. Su profesora cambió su actitud hacia él una vez supo que el niño sufría este trastorno. Aumentó muchísimo su comprensión. La medicación también funciona bien. No es la panacea, hay que seguir también las pautas que estos niños necesitan como ser muy contundentes y estrictos con ellos. No es fácil, ya que también conviene darle cierto margen. No quiero estar regañándole siempre. A veces su hermana mayor se queja de que yo le dé más libertad a él que a ella. Intento explicárselo. También noto que no debo ser demasiada condescendiente con él, ya que fácilmente se vuelve tirano. Es cuestión de encontrar el punto intermedio. A veces miente y se cree sus propias mentiras. Pero lo entiendo. Desde pequeño ha tenido que defenderse contra otros niños y también adultos. Siempre fue el niño criticado, el niño malo del que los demás madres decían ‘no te metas con él’. Es triste y debido a ello su auto-defensa es grande. Se ha llevado muchos palos y sigue llevándoselo. A su pesar se mete en líos. Afortunadamente tiene un buen amigo, un niño tranquilo. Se llevan muy bien.

En el verano le quité la medicación. Como en este periodo no hay obligaciones, ni deberes etc. era posible pasar de ella. Pero una vez iniciada la etapa escolar, Alejandro mismo me lo pidió. Me dijo que se les diera, ya que no era capaz de concentrarse ni de llevarse bien con sus compañeros.

Me asusta el futuro y no leo mucho sobre la adolescencia de los niños con TDAH, ya que todo parece ser complicado. Prefiero vivir en el presente. Ya veremos lo que pasará después. De momento está en el segundo curso de Secundaria. Ha aprobado por los pelos el primer curso con exámenes en septiembre. Todo este verano él y yo hemos estado trabajando duro. Quiere decir: él estudiaba, mientras yo estaba a su lado, leyendo. Tuve que animarle a veces a ponerse, pero lo hizo. Estoy muy orgullosa del resultado. Ahora vuelve el problema de las desganas para hacer sus deberes, pero yo le recuerdo al verano y al éxito suyo. Espero que le sirva y que saque este curso. Repetir no me parece una opción para él.

No todos son problemas. Disfruto mucho con él cuando vamos juntos de paseo por la montaña. Siempre me lleva por algún camino perdido y llegamos a lugares preciosos, pero alejados. Hasta que incluso a veces me asusta. Pero él me tranquiliza: ‘mamá, yo te saco de aquí, ya me sé el camino, no te preocupes’. Y efectivamente, pasando por barrancos y muchos vericuetos, me lleva de nuevo al mundo del asfalto. Es un niño creativo y muy resolutivo. También me ayuda con cosas prácticas, como el vídeo que no funciona, un programa que no puedo descargar. Me encanta hablar con él. Es receptivo y te sigue la conversación. También es muy cariñoso. Y tiene mucha curiosidad. De mayor quiere ser fotógrafo’.

TENER TDAH NO SOLO ES UN PROBLEMA. LAS PERSONAS CON ELLA MUCHAS VECES SON MUY ACTIVAS, ENTUSIASTAS Y CAPACES DE GRANDES LOGROS. SOLO HAY QUE PENSAR EN LUIS ROJAS MARCOS, BEETHOVEN, CHURCHILL Y EINSTEIN.

Más información en mi artículo en el mismo apartado:

¿Qué tipo de ayuda necesita el niño con TDAH?

Coks Feenstra

Psicóloga infantil

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