¿COMO EDUCAR AL HIJO UNICO?

Coks Feenstra · Psicóloga Infantil

16 de octubre de 2007

¿COMO EDUCAR AL HIJO UNICO?

Un gran número de familias españolas tiene solamente un hijo. En esta decisión influyen factores económicos, laborales y emocionales. ¿Qué significa crecer sin hermanos? El hijo único ¿aprenderá a compartir y ser social con los demás, si no entrena esta habilidad en casa? Los estudios sacan conclusiones positivas, que no corroboran el prejuicio del hijo único- hijo mimado. Pero quedan otros puntos de atención. Los trataré en este artículo.

-‘…… ¿Cuándo llegará el segundo?’

– ‘No llegará’

– ¿No? ¿Aún no? o ¿nunca?

– Pues, nunca

– ‘¿Tienes problemas para quedarte

embarazada?

– ‘No, pero no quiero tener más’

Esta es la conversación entre dos madres en un parque. Sonia es madre de una niña de tres años y la otra tiene dos hijos. Sonia se siente feliz con su hija y ha decidido no ampliar la familia. Esto en sí no es una situación extraña; el fenómeno del hijo único se ha extendido en los últimos años en nuestro país. Aun así la opinión pública no siempre lo suscribe. ‘La maternidad…¿te ha decepcionado?’ indaga la otra madre. Sonia la mira extrañada. ‘En absoluto. Disfruto mucho con mi hija. Es una niña encantadora, abierta y fácil de llevar. Mi marido y yo hemos hablado seriamente sobre el tema. No quiero dejar mi trabajo. Ahora, con sólo una hija, puedo dedicarme a ello, pero con más hijos todo se complicaría. Sin trabajo me convertiría en una madre amargada; pero el trabajo no sólo es importante para mí a nivel personal, también el factor económico influye. Estoy contenta con mi situación’.

MUCHAS VENTAJAS Y ALGUNOS INCONVENIENTES

En los últimos treinta años se han hecho numerosos estudios sobre el hijo único. Los psicólogos Denise Polit y Toni Falbo, de la universidad de Texas (EE.UU.), han recopilado todos los datos de 141 investigaciones. Sus conclusiones son alentadoras: el hijo único, si crece en un ambiente estable y armonioso, suele ser un niño bien adaptado, nada mimado ni problemático, que se siente seguro de sí mismo y con una autoestima alta. Además, suele saber mejor que otros niños lo que quiere y su cociente intelectual tiende a ser más alto que el de otros niños. Estos datos tienen una fácil explicación:

 El hijo único cuenta con la atención exclusiva de sus padres. No hay nadie que le arrebate esta atención ni existe presión para defender su posición. Esto le da una base de seguridad y confianza en sí mismo. Cuando se encuentra con otros niños, se enfrente a ellos con curiosidad y sin reservas, pues no ha aprendido a ser cauteloso. Por ello el hijo único se muestra abierto en el contacto con otros y no le cuesta compartir lo suyo (al contrario de lo que se piensa), dada la seguridad en sí mismo. Muchas veces se convierte en el líder del grupo. Y al no conocer la competitividad, en trabajo de equipo se muestra más colaborador que otros niños.

 El hijo único se mide con sus padres (no tiene a otro niño como punto de referencia) e intenta ponerse a su altura. Goza del privilegio de poder hablar con ellos sin intervenciones de un hermano, lo cual favorece su desarrollo intelectual. Por estos factores el hijo único lleva un adelanto a otros niños: su capacidad verbal es asombrosa y su rendimiento en el colegio bueno hasta excelente. A mayor edad los hijos únicos ocupan puestos altos que requieren seriedad y responsabilidad, cualidades ampliamente presentes en ellos. Estas características las comparten con los hijos mayores, que durante unos años viven también como hijos únicos.

 El hijo único, al gozar de una alta autoestima, vive una fuerte sensación del ‘yo’. Esto fomenta su expresión creativa. Sabe entretenerse bien solo y como no hay nadie que interrumpa sus juegos, desarrolla sin límites su fantasía. El hijo único suele ser creativo e imaginativo; recurre a menudo a los amigos imaginarios, más que otros niños, como compañeros de juego. Esto no significa necesariamente que se sienta solo, como veremos a continuación.

Lógicamente la situación que el hijo único vive, es distinta a la del niño con un hermano. Por una parte esto tiene sus puntos positivos, como acabamos de resaltar. Pero también hay algunos otros negativos, que conviene tener en cuenta para así contrarrestarlos:

 El hijo único no vive el toma y daca entre hermanos en el seno familiar, donde cada uno aprende a buscar el compromiso, hacer las paces, ponerse en el lugar del otro, etc. Por ello el hijo único tiende a ser más egocéntrico, le cuesta esperar el turno, no ser el centro de atención, defender lo suyo. Frecuentemente se asusta de las peleas entre sus amiguitos e intenta actuar como mediador (un rol que le va muy bien). El hijo único necesita adquirir experiencia en el contacto con niños y por ello es positivo que vaya a la guardería (por ejemplo a partir de los 20 meses), que lleve a menudo sus amiguitos a casa, que pase tiempo en casa de ellos etc. Incluso darle un animal doméstico le ayudará a desarrollar el sentido de responsabilidad y amor hacia el prójimo.

 El hijo único está muy pendiente de sus padres. Intenta complacerles al máximo, pues son su punto de apoyo emocional más importante. Por ello hace todo lo posible por comportarse como ‘es debido’. Puede que renuncie a sus deseos de niño para no llevarse el enfado de sus padres. Esto le empuja para comportarse como un niño mayor, dando la imagen de un pequeño adulto, aunque en su interior sigue siendo niño. Es importante que tengáis en cuenta su estado madurativo, que le tratéis como un niño y que le animéis a serlo, incluyendo sus travesuras, el desorden (el niño necesita cierto caos para desarrollar su juego) y sus protestas – la rebeldía es algo normal entre los 18 y 36 meses y sirve para afianzar su personalidad. Dada la situación familiar, su desarrollo intelectual va por delante al desarrollo emocional, lo cual quiere decir que a pesar de entender las cosas, por ejemplo las normas, las vive como niño. Por ello, impónle a veces normas sin exigirle que las entienda. Y si se enfada y protesta, déjale que se desahogue, ya que así superará su enfado (poder expresarse le ayuda en el desarrolla emocional).

 Es muy sensible a las emociones de sus papás. Las capta al vuelo y no puede escaparse de ellas refugiándose en el contacto con otro hermano. Si tenéis problemas de pareja, conviene tranquilizarle, pej. diciéndole ‘tenemos problemas, como tú a veces los tienes con tu amigo, pero no estamos enfadados contigo. Nos lo arreglaremos’. El niño forma parte de la familia, pero no de sus padres. Hay que mantener esta distinción.

LAS PREGUNTAS MÁS FRECUENTES

A mi consultorio me llegan a menudo preguntas de padres de un solo hijo, que se preguntan si la conducta de su retoño tiene que ver con su situación. Algunas veces es así, pero otras (la mayoría) influye más el carácter del niño que su condición de ser hijo único. Veamos algunas:

Mi hijo (5 años) juega siempre con niños menores o mayores que él, pero nunca con los de su edad. ¿Qué puedo hacer?

Conviene apuntarle a un club en el que se encontrará con niños de su edad. Al hacer alguna actividad juntos (deportes, dibujo, etc.) le resultará más fácil entablar contacto con ellos.

Mi hijo (3 años) siempre habla con sus muñequitos. ¿Lo hace porque le falta un hermanito?

No, todos los niños lo hacen, también los con hermanos. No obstante, los hijos únicos suelen continuar durante más tiempo este hábito y también recurren con mayor frecuencia al amigo imaginario, seguramente porque disponen de una rica fantasía. No se ha podido demostrar que los hijos únicos se sienten más solos que otros niños. Si el hijo único mantiene una buena relación con sus padres y vive en contacto estrecho con primos y amigos, no suele sentirse solo ni aislado.

Mi hijo (30 meses) no sabe compartir sus juguetes. ¿Será por ser hijo único?

No, a esta edad le cuesta a cualquier niño. Todavía no tiene desarrollado del todo el concepto del ‘yo’. Sus juguetes son para él parte de sí mismo, que le dan seguridad; los defiende para así afianzar su ‘yo’. Una vez que tenga establecido este concepto (alrededor del tercer cumpleaños), le será más fácil compartir, aunque la conducta realmente social no se produce antes de su cuarto cumpleaños. Sé comprensiva con él.

‘Ultimamente me pide un hermanito. No sé qué decirle’.

Casi todos los hijos únicos pasan por una fase así. Lógicamente no prevén lo que significa la llegada de un bebé (los celos, la atención compartida). Estos deseos desaparecen por sí solos, aunque a veces vuelven a salir. Dale plena oportunidad para estar con amigos y primos. Un dato curioso: cuanto más la madre acepta su situación, más fácilmente lo acepta el hijo. Pero si ella no lo tiene claro o se arrepiente de su decisión, su hijo se lo pedirá con más insistencia. Si te pide una explicación (¿porqué no vamos a tener más hijos?), sé honesta con él (‘cariño, estoy muy feliz contigo), sin que llegue a pensar que ‘uno ya es demasiado’. En la mayoría de los casos no es así: los padres suelen sentirse muy felices con su único hijo.

EN SU EDUCACIÓN ES ACONSEJABLE:

 Animarle a ser independiente e ir aumentando sus responsabilidades, como encargarle pequeñas tareas en casa. En caso de duda, consulta con otros padres.

 Invitar a menudo amigos a casa, dejarle ir a casa de otros, incluso pernoctar, planear encuentros familiares, apuntarle a excursiones y campamentos.

 Estar contentos con vuestra propia vida, vuestros logros y vuestra relación.

 Reservar los regalos para las fechas señaladas y actuar como si hubieran más hijos.

 Elogiarle cuando se esfuerce o haga algo realmente bonito. Así desarrollará un concepto realista de sí mismo y no será engreído (‘sé dibujar, pero no juego bien al fútbol’).

 Planear tiempo para todo: a veces como pareja sin el hijo y otras veces como padres.

EN SU EDUCACIÓN NO ES ACONSEJABLE:

 Asustaros y preocuparos a la mínima y sobreprotegerle

 Mantener su círculo social muy reducido

 Volcar todas vuestras expectativas en él y exigirle demasiado

 Darle todo a nivel materialista

 Elogiar sus logros y habilidades indiscriminadamente

 Sacrificaros completamente por el hijo y olvidar la relación de pareja

¿FALSO O VERDADERO?

El hijo único se siente solo

Falso. Los niños que viven con hermanos, pueden encontrarse muy solos al llevarse mal entre ellos, al sufrir celos, competitividad, peleas, etc. El punto fuerte del hijo único es que se acopla bien a situaciones, que se lleva bien con los adultos y que es muy fiel en sus contactos.

El hijo único lleva un adelanto a nivel intelectual

Verdadero en la mayoría de los casos. El hijo único recibe muchos estímulos por parte de sus padres, lo cual beneficia su desarrollo intelectual.

El hijo único está mimado

Falso. Lógicamente recibe toda la atención y generalmente gran cantidad de regalos, pero si sus padres le enseñan que no puede tenerlo todo y que a veces hay que esperar, el niño no será un ser mimado. Depende de la actitud paterna.

El hijo único es creativo

Verdadero. Tiene, más que otros niños, plenas oportunidades para soñar despierto y desarrollar sus fantasías.

Resumiendo

Los estudios demuestran que los hijos únicos, de mayores, no se distinguen de otros niños que fueron educados con hermanos. En cuanto al control sobre sí mismo, estabilidad emocional y sociabilidad sacan tan buenas puntuaciones como otros e incluso en cuanto al respeto hacía sí mismo y motivación por prestar alcanzan puntuaciones más altas. Otro dato curioso es que en general a los hijos únicos les encanta las actividades solitarias (leer, montar puzzles, hacer construcciones o música) y necesitan estar solos de vez en cuando, pero no se sienten más solos que otros niños.

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