¿CÓMO AYUDAR AL NIÑO CON TDAH?

Coks Feenstra · Psicóloga Infantil

27 de noviembre de 2013

¿CÓMO AYUDAR AL NIÑO CON TDAH?

Si sospechas que tu hijo pueda sufrir TDAH, conviene acudir a tu pediatra.

Este te remitirá a un equipo especializado donde varios especialistas trabajan en equipo, como un psiquiatra, un neurólogo, un psicólogo, un logopeda y otros. Se le harán una batería de tests a tu hijo para poder diagnosticar el síndrome. Parte de estas pruebas consiste en una serie de preguntas sobre su comportamiento en casa y el colegio, la evolución de su desarrollo y la descripción de los problemas más acuciantes. Otra serie de preguntas irán dirigidas a su profesora en el colegio. Un criterio para poder hablar realmente del TDAH, es que el problema persista ya más de seis meses (si no, se trata de un problema pasajero) y se presente en dos situaciones (casa y colegio). La mayoría de los niños con TDAH no necesitan analíticas complejas, EEG ni tomografía computarizada (TC), ya que el trastorno no se puede diagnosticar mediante imágenes cerebrales.

El TDAH puede darse en una forma severa o moderada. No todos los casos son igualmente difíciles.

¿EN QUÉ CONSISTE LA AYUDA?

Generalmente se ayuda al niño de dos maneras: con una terapia social-psicológica y con un tratamiento farmacéutico. Lo último está bajo estricto control del psiquiatra, ya que se trata de medicamentos psicoestimulantes del tipo anfetamínico, con ciertos efectos secundarios. Por tanto solo se da en los casos más severos. Los medicamentos, como por ejemplo el Ritalin, ayuda al niño a concentrarse y estar más tranquilo. Esto mejora no solo su atención en clase, sino también sus relaciones con sus compañeros, las con sus padres y hermanos. El niño suele sentirse más feliz.

Si el niño sufre el síndrome de forma leve, se trata de ayudarle exclusivamente con la terapia conductual. El psicólogo trata de mejorar la capacidad de concentración y atención y estimula pautas de conducta que deben seguir los padres en casa y los profesores en el aula. El logopeda interviene en los problemas del habla y de la psicomotricidad. Ciertos ejercicios específicos mejoran la coordinación muscular y benefician el aprendizaje. Con esta terapia social-psicológica se consigue mejorar considerablemente la conducta del niño. Otras veces es conveniente la ayuda de un alergólogo: hay un gran número de alergias entre los niños con TDA y en algunos casos se ha visto la hiperactividad derivada exclusivamente de una intolerancia a los aditivos alimentarios o algunos alimentos específicos. Sobre esta posible causa todavía no existe uniformidad.

¿CÓMO FUNCIONA LA MENTE DE UN NIÑO CON TDAH?

Marcos está jugando con su tren. De repente se levanta; oyó cómo un coche tocó su bocina y quiere ver quién ha sido. Mientras se dirige a la ventana, ve al gato y se le ocurre que puede tener hambre. Se va a la cocina en búsqueda del saco del alimento del animal. En la cocina ve un paquete de caramelos de los que coge uno. Se olvida del gato y coge el coche que ve en el suelo debajo de su silla.

Mientras un niño sin TDAH no escucha las señales del tráfico ni el canto de los pájaros cuando está jugando, el niño con TDAh lo percibe todo; le llegan todos los estímulos de fuera y de dentro: sus propios pensamientos que divagan de un lado a otro. No puede parar de saltar de un pensamiento a otro. Por esto todas sus actividades quedan marcadas por una falta de concentración. En su cerebro falta el mecanismo de un freno interno que haga que selecciona entre lo que es digno de atención y lo que no. Al niño con TDAH le entran todos los estímulos y se le parecen todos importantes. Esto es lo que le vuelve intranquilo.

¿CÓMO PUEDEN LOS PADRES AYUDARLE AL NIÑO CON TDAH?

Educar al niño hiperactivo requiere una educación específica. No sirven las pautas que se utilizan para la mayoría de los niños. Aquí unas pautas especiales para el niño con TDAH:

• Reduce los estímulos a su alrededor. Por ejemplo su cuarto (y el salón) debe ser sencillo con pocos objetos. Guarda sus juguetes en un armario con puerta y dale solo uno o unos pocos en vez de muchos. Cuando ya se aburre, le das otro.

• Reduce también los ruidos a su alrededor, como la tele, la radio, el timbre, el ordenador. Cuanto menos estímulos, menos posibilidad de que se desconcentre. Si aún es bebé, dale la toma en un cuarto silencioso y donde la luz sea tenue. Desconecta el teléfono y el timbre.

• Establece un ritmo fijo en el día a día. Al niño con TDAH le va bien que el día transcurra de una forma previsible y rutinaria, como el desayuno, la guardería o el colegio, comer, la siesta, el paseíto, etc. Hay que evitar, en lo medida de lo posible, los planes imprevistos, como una visita a la abuela. Es mejor planearla con antelación para que el niño pueda prepararse ante ella. ‘Este jueves iremos a casa de la abuela y podrás jugar allí a …..’.

• Organiza el día de tal modo que los momentos tranquilos (estar en casa) se alternen con otros de movimiento (correr en el parque). Cuando sale del colegio, dale la oportunidad de desahogar su energía al aire libre. Al niño con TDAH le suele costar la jornada escolar.

• Los deberes son un calvario para el niño con TDAH. Habla con su profesor para que sean lo menos posible o que no haya. El niño necesita tiempo para desconectar.

• Algunos estudios demuestran que jugar a la consola o los videojuegos pueden ayudarle a entrenar la concentración. En este tipo de juegos se trata de ganar. El niño solo ganará si se concentra y controla sus impulsos (la función de la inhibición). Por tanto, está motivado para aprender estas cualidades. Y así percibe lo que es estar concentrado o controlando un impulso, algo que no sabe hacer de modo espontáneo. Según algunos psicólogos este tipo de juegos son positivos para conseguir estas metas. Lógicamente hay que hacer un uso razonable de estas técnicas. También se puede usar como premio.

• Edúcale con normas fijas y claras. Debe saber a qué atenerse. No cambies tus normas, mantenerlas a rajatabla le da seguridad. Improvisar en tu caso no es conveniente. Es mejor tener un solo método de castigo, como sentarle en una silla o mandarle un rato al pasillo. Una educación con pautas claras, dejando de lado la flexibilidad, es lo más adecuado para él, aunque lógicamente no deben faltar el cariño y el amor.

• Evita darle muchas opciones para elegir. Por ejemplo: necesitas salir con él a comprar algo. En vez de preguntarle si viene contigo (dirá que no, ya que no le suelen gustar los cambios), dile algo como: ‘ahora voy a fregar los platos y luego iremos a hacer una compra’. Siempre conviene avisarle con tiempo. ‘En 5 minutos nos vamos’.

• Adapta la casa a sus necesidades. Procura que tenga espacio para moverse y que no haya puntos o muebles peligrosos con los que pueda chocarse. Por ejemplo una litera para él no es una opción conveniente. El niño con TDAH es más propenso a los accidentes.

• Llévalo semanalmente a la piscina. El agua le relaja. Aprovecha estos momentos para disfrutar juntos.

AYÚDALE A TENER CONFIANZA

La vida no es fácil para el niño con TDAH. Por su abundancia de energía causa problemas y se encuentra con un cierto rechazo de las personas a su alrededor. Es lógico que esto merme su autoconfianza.

Aquí unas pautas para hacerle la vida más agradable:

• Tratarle con amor y cariño es muy importante. Elógiale sus buenos aspectos de su carácter y quita importancia a los otros.

• Al niño con TDAH hay que elogiarle con más frecuencia. Se olvida rápidamente de tus palabras hermosas y además su sistema cerebral que le hace disfrutar de lo positivo funciona con menos eficacia. Esto hace que él necesite los elogios más que otro niño.

• Explícale a las personas más íntimas que es lo que le pasa. Así le entenderán y no le juzgarán por algo que en realidad no se le puede reprochar. Al niño con TDAH no le gusta pelearse, ser agresivo e impaciente, lo es a pesar suyo y por causa de un problema neurológico.

• Si tu hijo aún es pequeño, dale juguetes grandes sin piezas pequeñas. Su motricidad fina está menos desarrollada por lo que le cuesta manejar piezas menuditas, lo cual le desanima. Habla con su cuidadora de la guardería para ver si hay material adecuado para él. Si ya va al colegio, quizás aprenda mejor a escribir las letras si la maestra le deja hacerlo en la pizarra, estando de pie. Hay que ser creativo para ayudarle a concentrarse y fijar su atención. Se puede inventar muchos trucos para tenerlo motivado (ser el repartidor de los folios, salir un rato al pasillo, regar las plantas, etc.). Un buen maestro puede hacer toda la diferencia.

• Dale tareas y encargos fáciles de llevar a cabo y ve aumentando el grado de dificultad. El niño con TDAH se frustra fácilmente. Tenlo en cuenta. Pero también es cierto que el autocontrol se puede desarrollar gracias a la práctica. Por tanto pequeñas tareas en casa, como hacer su cama y poner la mesa, son buenos retos para él que le sirven de aprendizaje.

• Anota en un diario las experiencias positivas con él. Esto evita que predomine lo negativo. Además, de este manera se aprecia antes los cambios en su conducta.

ULTIMAS REFLEXIONES:

La educación al niño hiperactivo exige otras pautas, muy diferentes a los que estipulamos para los niños sin TDAH. Hay que prescindir de la flexibilidad, un trato disciplinado y constante le ayuda a poner orden en su mundo caótico.

El TDAH no solo significa problemas. Muchos adultos con TDAH son personas bien adaptadas, con una energía envidiable y llevan a cabo proyectos ambiciosos e impresionantes. No es poco frecuente que tengan dos trabajos. Muchas veces les va bien ser autónomo y llevar una propia empresa. Más sobre los adultos con TDAH en otro artículo de este mismo site.

Coks Feenstra, psicóloga infantil

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