Por tanto los padres de gemelos tienen una tarea distinta en la enseñanza de esta habilidad.
Los gemelos, igual como los hijos de parto simple, pasan por una fase en la que todo es suyo. Mi pelota, mi bici, mi mamá. Es la fase en la que aún no tienen un fuerte “yo” bien establecido en que los juguetes son parte de ellos mismos y en que no ven diferencia entre sí mismos y el co-twin. Pero los gemelos aprenden antes a compartir, porque crecen juntos en el útero, comparten los cuidados hasta el pecho materno. Mientras crecen, comparten emociones, experiencias, alimentación y padres. No es extraño que los gemelos no entiendan bien el significado de las posesiones individuales. No solo están acostumbrados a compartir, sino también piensan que compartir es lo habitual. Por tanto, por el bien del desarrollo individual deben aprender ¡a no compartir!
Un ejemplo:
Mark, un gemelo monozigótico, de 5 años, gana un premio en un certamen de dibujos. Su hermano Manuel no tiene un premio. La maestra le dice a Mark que recibirá el premio, una copa, durante la celebración del fin de curso. Pero Mark no se siente bien con su éxito. Dice a su mamá que no quiere recibir el premio si no le dan el mismo premio a su hermano. La madre no sabe qué hacer. Conoce la determinación de su hijo y sabe que no va a ceder. Me pide consejo.
Probablemente la reacción de Marc tiene que ver con que no está acostumbrado a recibir algo que su hermano no reciba. Esta situación le desconcierta. Además, siente mucha lealtad hacia él. Cuando Manuel está triste (y lo está por no haber sido elegido), Marc también lo estará. No puede estar feliz si su hermano no lo esté. Ante ello prefiere no recibir nada.
Por tanto los gemelos deben encontrar un equilibro entre compartir y no compartir. Los padres que encuentran una estrategia para ello, ayudan a sus gemelos en el desarrollo de la propia individualidad. Hay que delimitar el ‘nosotros’ en pro del ‘yo’. En los gemelos Marc y Manuel estos conceptos todavía se funden en uno solo.
Barbara Schave enumera estas pautas para los padres:
• El no compartir, durante ciertos momentos, de los papas, la atención, ropa y juguetes es un primer paso en el proceso de individuación de los gemelos.
• Los gemelos deben experimentar que no compartir también está bien y aceptado.
• Los gemelos pueden sentirse incómodos y con cierto miedo cuando reciben atención individual, llevan ropa distinta, reciben juguetes personales, notas diferentes o uno recibe un premio /corrección de conducta y el otro no. Es importante entender estos sentimientos y percibir sus señales. Así los padres pueden tranquilizar a sus gemelos.
• En cuanto los hijos son capaces de expresar estos sentimientos, es bueno hablarlo con ellos. ¿Cómo os sentís ahora que uno haya recibido una invitación, un premio etc.? ¿Os sentís bien, tranquilos? u ¿os da pena para el otro?
• Hay que explicarles que la vida no es justa. Habrá muchas diferencias en lo que les sucederá en sus vidas. Uno aprende con mayor facilidad, otro tiene talento para dibujar, uno ya sabe ir en bicicleta al primer intento y un largo etcétera. Cuanto antes lo aprendan, mejor se conformarán con lo que la vida les deparará.
• Poner demasiado énfasis en la propia individualidad y planear separaciones obligatorias (juguetes, ropa, colegio) suele tener un efecto contraproducente. En estos casos los gemelos se refugian en su relación. Es importante entender la lealtad que existe entre ellos y respetarlo. El proceso de aprender a no compartir requiere tiempo y ha de hacerse gradualmente en función de su edad y madurez.
Los padres de hijos de parto múltiple están ante el reto de encontrar un equilibrio entre enseñarles a compartir y a no-compartir. Hay límites al compartir. El no-compartir a veces está justificado. De esta manera el no- compartir dejará de ser aterrador y será un aspecto cada vez más grande en su vida.
Trasladado a la vida diaria: proporciónales juguetes individuales Si Marc quiere jugar con el tractor sin el hermano, se lo permite. Aunque solo hay un tractor, lo pueden tener en ratos individuales. Y las gemelas Maria y Gema que piden un propio armario, también ven cumplido su deseo. Aún quieren compartir habitación, pero ya van teniendo un deseo de lo individual. Mi ropa, mi armario….Es buena señal.
Marc al final subió al podio con su hermano y juntos recogieron la copa. A partir de aquel día la comparten. Pero los padres se dieron cuenta que era en realidad una señal de que prestarles atención individual sería necesaria.
Coks Feenstra
Autora de ‘El Gran Libro de los Gemelos’